Los tocados por la diosa Fortuna, entre ellos, Rato

rodrigo rato

En estos tiempos en que se pregona austeridad para salir de la crisis y en que muchos países están rebajando considerablemente los sueldos de sus funcionarios – los desempleados no tienen este dudoso privilegio- y congelando las cada vez más raquíticas pensiones –nos están igualando a la baja-, muchos organismos, como el Fondo Monetario Internacional que receta austeridad y contención salarial para salir de la crisis le ha puesto a Christine Lagarde, la sucesora de  Strauss-Kahn , al que la Fiscalía se resiste a quitar los cargos de violación a la avispada y mentirosa camarera del hotel, un sueldo anual de 330.000 euros, un 11 % de aumento.

Es una práctica habitual en el mundo financiero pagar generosamente a sus prebostes, seguramente el mismo que ha provocado la crisis mundial. Así en el Bies había 283 contratos blindados que los accionistas ignoraban. Antes de la crisis Richard Fuld, de Lehman Brothers, ingresaba 13.000 euros a la hora y una vez estallada la crisis Alemania ha limitado los sueldos del máximo directivo de las empresas que necesiten dinero público a 500.000 euros anuales. Entre los bancos estatales que han acudido de momento al plan de rescate se encuentran el Hypo Real Estate y el Commerzbank. Sus consejeros delegados ganaron el pasado año 4,2 y 3,2 millones de euros, respectivamente.
El principal ejecutivo de la AIG, de USA, percibió al abandonar la empresa una indemnización de 22 millones de dólares (17 millones de euros): poco después  la aseguradora tuvo que ser salvada de la quiebra.

En España, que no quebró ningún Banco, también pasa algo parecido: Ángel Corcóstegui y José María Amusátegui (Banco Santander) cobraron 108 millones y 56 millones respectivamente; Meter Erskine (Telefónica) se embolsó más de 30 millones; Alfonso Cortina se fue de Repsol con una indemnización de casi 20 millones, y Manuel Pizarro (Endesa) recibió 12 millones.

Estas son indemnizaciones pactadas al salir de las empresas. Sí son sueldos “vivos” el citado de Christine Lagarde, de 330.000 euros anuales que se queda algo ridículo si se compara con el de Rato, exdirector gerente del FMI, que abandonó la nave justo antes de que estallara la crisis financiera mundial: Rodrigo Rato es un hombre de suerte pues dio el salto a una moderna nave, a la presidencia de Bankia, una empresa privada  creada de la privatización de varias cajas  apuntaladas con dinero público. El sueldo exacto de Rato, según leemos en Ignacio Escolar, “ es un misterio, pero sí se sabe que entre los tres primeros ejecutivos de la entidad ganarán 10,15 millones de euros. Incluso si esa cifra se repartiese a partes iguales –cosa harto dudosa, siempre cobra más el presidente que sus subordinados– el sueldo de Rato no bajaría de tres millones de euros al año: al menos diez veces más que Lagarde.”

 

 

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