Las gracietas de Burgos sobre los chorizos ibéricos

antonio burgos

Siguiendo su costumbre y la del periódico desde el que exhibe su gracia y salero retrecheros (pícaro, granuja, zalamero, taimado, hábil, algunas de las acepciones de retrechero) hace más hincapié en los chorizos elaborados en las factorías socialistas que en aquellos otros, no sabemos si más abundantes o más pata negra, que ya están en todos los mostradores o exhibidores del territorio, que  son producidos abundantemente en las filas del PP.

Desde luego, el pueblo llano y no sabemos si soberano, que ayer fue invitado a la rebeldía de una manera un tanto insensata por Pons que   llama a sublevarse como los egipcios , no hace distingos entre partidos: en la barra del bar se escuchaba incesante y unánimemente, y refiriéndose a la clase política que estamos rodeados de ladrones. Distinción que si hace de nuevo Pons cuando no cree en la justicia referida a los imputados del Gürtel: ha dicho no entender cómo la Fiscalía puede investigar judicialmente a Camps «por cuatro corbatas», mientras «no dice ni mu» de los «dirigentes socialistas que se gastaron el dinero de los parados en pensiones de lujo para sus amiguetes», en referencia a las presuntas irregularidades cometidas por la Junta de Andalucía en la concesión de falsos ERE. O sea, la Justicia solamente funciona cuando le mete mano al adversario político. Un ejemplo más de la cara dura y cinismo de que
 hacen gala nuestros políticos que no son sino  reflejo de una sociedad que está dispuesta a votar lo que le echen. Y si no miren para la ciudad del las naranjas y de las paellas.

Abundando en el tema charcutero les traslado algunos párrafos de su entradilla, Más que chorizos, que el gracioso Burgos nos ofrece para amenizarnos el domingo:

“EN el asunto de los ERES de Andalucía, actualización del «ERES mi vida y mi muerte, te lo juro, compañero» (del partido), han puesto a funcionar la máquina de hacer chorizos que sacan en cuanto hay un escándalo de corrupción. Máquina que data de los tiempos de Mienmano. Para exculpar a los de arriba y poner diques de contención a la mierda inventaron entonces dos máquinas: la máquina de los cafelitos y la máquina de hacer chorizos. La máquina de café era la que el hermano de Guerra tenía en la Delegación del Gobierno en Andalucía, donde daba un cortado tan bueno y cremoso que la gente untaba cantidades importantes de manteca colorá por sus famosos cafelitos. La otra máquina que pusieron en movimiento fue la de hacer chorizos exculpatorios y cabezas de turco. Presentaron a Mienmano como un vulgar chorizo y cargaron sobre su calva todas las culpas de la mangoleta institucionalizada, a fin de preservar a Guerra y a la cúpula del partido.

Quede hecho, pues, en tiempo y forma el elogio y defensa del chorizo de toda la vida. Chorizo que, además, no tiene nada que ver con Cantimpalos ni con Prolongo: no es una tripa de la matanza rellena de carne picada y adobada. Estos socorridos chorizos en que convierten a las tramas trinconas del PSOE no vienen del latín «salsicium», sino del caló «chori»: el que chora, el que roba. Pero éstos son más que unos pobres desgraciados que pasaban por allí y choraron el jamón de Morena Clara. El robador es el propio poder del partido, no sus chorizos expiatorios”

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