Afganistán, Obama, Zapatero y la oficialidad del Ejército

mujeres afganas

En su campaña electoral Obama tenía previsto retirar escalonadamente las tropas de Afganistán donde no sólo no se avanza sino que se retrocede. Más de uno tendrá en el recuerdo la Guerra Afgano-Soviética que duró 9 años y se recuerda como el Vietnam de la URSS por su alto coste en vidas y económico y por lo estéril de los resultados.

 Después de 7 años de presencia de Estados Unidos y sus aliados en Afganistán  la situación en el país es desesperanzadora: a finales del año pasado los talibanes mantenían una presencia permanente en el 72% de Afganistán aunque la OTAN y el Gobierno afgano rechazaron el informe diciendo que los números no eran creíbles. No obstante un año después Obama ha ordenado el envío de unos 30.000 soldados más al frente de Afganistán, con lo que ya serían 100.000.

Después de este anuncio  Zapatero tiene previsto hablar por teléfono con el vicepresidente de EE UU, Joe Biden, para recibir información sobre el aumento de tropas estadounidenses en Afganistán: o sea, pronto se verá aumentado el número de soldados españoles en dicho territorio que ya asciende a 998. Si a Francia le han pedido que envíe 1500 soldados más, váyanse haciendo las cuentas los profesionales del ejército y sus familias.


Profesionales de las armas, como a otros les gusta decir, en el apartado de la oficialidad, que están descontentos con el Gobierno por varios aspectos de la Ley de la Carrera Militar y por lo que han puesto miles de recursos ante el Ministerio de Defensa. Creen y afirman no estar dispuestos a aceptar las injusticias que se han producido con la aplicación de esta nueva normativa, sobre todo en la integración de las dos escalas de oficiales -Superior y de Oficiales- en una única. Al parecer, si sus peticiones no son atendidas, piensan seguir presentando nuevos contenciosos-administrativos ante la Audiencia Nacional contra el nuevo escalafón de las Fuerzas Armadas.

Todo esto era algo esperado: la ley que aprobó el Gobierno de Zapatero  no contenta a casi  ningún estamento militar, algo que ha provocado una  división interna en los Ejércitos.

La virtud por excelencia del militar además de la disciplina es la de la obediencia. También es un deber de los superiores tener a la tropa contenta y no tomar decisiones tan importantes sin cierto consenso. El ordeno y mando llevado a las últimas consecuencias por sus superiores civiles no habrá provocado ruidos de sables a la antigua usanza pero sí un cabreo bastante notable. Pero suponemos que ya se les irá pasando: Afganistán espera a muchos de ellos y lo de las Escalas pasará a ser un mal menor.

PD. Zapatero enviará unos 200 militares a Afganistán a petición de Obama

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