Anasagasti prosigue con su particular Cruzada Antimonárquica

anasagasti y su libro

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Y siempre con el punto de mira puesto en Juan Carlos I: creemos que él fue quien abrió la veda del Borbón secundado después por otros personajes que también han querido tener su protagonismo a costa del Monarca, que van desde los incontrolados catalanistas empeñados en hacer con los retratos reales  una perpetua noche de San Juan a los eventos deportivos en que miden sus fuerzas equipos pertenecientes a territorios singulares, sobre todo por su fiscalidad, en detrimento de las demás tierras y regiones de España-estas palabras eran emblemáticas de un señor que quiso sin conseguirlo “meterlos en cintura”, aunque con el caramelo de los cupos- pasando además por el bochornoso alcalde puertorrealeño, que llegó a acusarlo de “alcohólico” ,”crápula”y ”degenerado”, por el módico precio de unos miles de euros, con la fortuna de que en España existe, hoy por hoy, una Monarquía parlamentaria y no su anhelada República con la que hubiera dado con sus huesos en la cárcel el pintoresco edil de Puerto (Real).

Ahora vuelve, aunque nunca se ha ido, con un libro “Una monarquía protegida por la censura”, que no sabemos si será un libelo: seguramente no lo vamos a leer, pero ya circulan por ahí extractos en los que entra en la vida privada del Rey diciendo que es antiejemplar por sus gustos, relaciones con comisionistas y falta de responsabilidad ante el delito, algo impensable en la Europa democrática: esto lo dice uno que ha disfrutado con el Rey de al menos 100 veladas en “el salón Gasparini, con café y puro obsequiados por unos elegantes pajes con levita, dispuestos  para la ocasión, uno que durante unos 20 años acudió puntualmente a su cita en el Palacio de Oriente a las cenas reales, donde probablemente se revolcaría en la corrupción que ahora descubre de la noche a la mañana. Un tipo que no es de fiar, al que nunca nadie deberá sentar en su mesa: después de 20 años dirá que eres un indeseable.

Le acompañó en la presentación del libro Josu Erkoreka diciendo que el libro pretende sacar de las “tinieblas predemocráticas a la Monarquía y sacarla a la luz pública para que demuestre si puede perdurar por sí misma, pero siempre desde la postura de un hombre que cree en las instituciones democráticas”.

Y la saca a la luz pública hablando de sus amistades peligrosas y sus negocios con Javier de la Rosa, Mario Conde, Ruiz Mateos, Manuel Prado, sin preguntar por sus aventuras extramatrimoniales o sus extrañas desapariciones en las que nadie sabe dónde está: Cuenta Anasagasti que en algunas ocasiones el ex presidente Felipe González le requería para rubricar leyes y nadie tenía ni idea de dónde estaba el Rey.

Dice que a la raíz de la guerra de Irak le dijo al Rey, que no se posicionó en contra de la guerra, “por ser militar y gustarle la misma”: “¿Por qué no va usted o envía a su hijo?” y que según  el artículo de la Constitución, el 63-3, podía haber parado la locura de Aznar, pero no lo hizo,  no asumió su responsabilidad.
Desde entonces considera que la Monarquía no es ni útil ni ejemplar y ha tratado de lograr que sus gastos sean controlados, que todo ese cortesanismo barato de genuflexiones y cabezazos se acabe: nada de esto tiene sentido en el siglo XXI, y, además, considera que la legitimidad del Rey no es democrática por más que aparezca en una Constitución aprobada en la lejana fecha de 1978.

 

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