Cayo Lara, coordinador federal de IU, propone que en la jornada de reflexión antes del 22-M se incluya la prohibición de las tertulias y los programas de los medios de comunicación, que dan opiniones durante la jornada de reflexión y el día de la votación además de los exhortos –no sé si esta palabra está dicha adecuadamente- que se hacen desde los púlpitos de las iglesias a dirigir el voto hacia determinadas siglas políticas, las menos malas para sus dogmas.
Cayo Lara basa su petición en que desde los púlpitos se hace política cuando no se lanzan graves acusaciones como las del domingo pasado en el cura –de almas- de Villanueva del Pardillo dijo estas lindezas del zapateril gobierno: “un gobierno que mata a niños en el seno de sus madres” (por la reforma de la ley del aborto que impulsó), además es “más nazi que los nazis en Alemania”. Y con la boca cada vez más caliente este ministro del Señor tuvo un recuerdo para la musa erótica del alcalde de Valladolid, la señora o señorita-lo ignoro- Leire Pajín: “es una asesina de ancianos y de personas que estorban por medio de inyecciones letales”.
Un feligrés, el católico Primitivo González, catedrático de universidad, se levantó y recriminó al sacerdote. “Estamos en misa, no en un mitin”, palabras que le valieron el que cuatro hombres que estaban a su lado se le echaron encima y lo sacaron de la iglesia a empujones ante la permisiva mirada del oficiante. Posteriormente don Primitivo ha denunciado el caso ante la Justicia ya que el cura “pronunció en público graves injurias contra el gobierno de España”.
Con estos antecedentes Cayo Lara se ha preguntado “si se va a prohibir las misas tras el manifiesto suscrito por el arzobispo Antonio María Rouco y otros obispos, en el que de forma velada pedían el voto para el PP y recomendaban no votar a partidos defensores del aborto o la eutanasia”
