La prensa, y por distintos motivos, nos ha brindado frases memorables o densos artículos a partir de algunos acontecimiento ocurridos durante el fin de semana, y no precisamente el viaje del Papa – al que ya hemos despachado con tres o cuatro post al mismo tiempo que tenemos constancia de que, para coger por los cuernos el grave tema de la pederastia, el Papa reunirá a todos sus cardenales el 19 de noviembre – como pueden ser las declaraciones de Felipe González a Juan José Millás y o el que ni un solo dirigente de la cúpula nacional del PP acompañó a las víctimas el 6-N.
A lo dicho FG sobre las dudas que tuvo sobre dinamitar o no a la cúpula de ETA en Francia que resolvió negativamente, dudas que aún tiene sobre si acertó o no con la decisión, rápidamente se le han echado a la yugular dos señeros, señor y señora, jerarcas del PP, González Pons “ «él (FG) sólo se ha colocado en la X del Gal, porque si la decisión de matar o no matar en Francia la tomaba el presidente, sabemos lo que decidió una vez, pero no si otras veces tomó una decisión distinta» y Cospedal: ‘González se está poniendo en situación de decir que la X del GAL es él’.
Sale en su defensa Bono afirmando que FG es “el mejor presidente de la A a la X’, en donde afirma que no dice la Z para no incluir al actual presidente, algo que nadie se cree: está jugando con el señor X de los Gal. Este asunto de la guerra sucia contra ETA le hiela el alma a Gabriel Albiac, abecediano: «Ayer el provecto presidente se despachó de un modo asombroso». «La edad bien es cierto que nos hace desbarrar a todos. Pero contar delitos de tal envergadura, que un ex presidente lo cuente con tal cinismo, el calor sólo de la certeza de que han prescrito, es algo que hiela el alma»
Cuando FG habla de corrupción aquí ya sale don Mariano: «Lo viví, primero, con absoluta incredulidad y, después, con sufrimiento. Nunca hice un ejercicio sano de cinismo como veo que ahora hace Rajoy pidiéndole al Santo Apóstol que le ayude a limpiar la vida pública, mientras Camps se golpea el pecho a su lado”
Lo de que ser hijo suyo ha debido ser una putada sangrienta hace que Lucía Méndez lo envíe directamente al psiquiatra: ‘Putada sangrienta’Y en este contexto debemos introducir lo de “eunucos en celo” aplicados a los chicos del PP, por el cabreo de ciertos medios porque ni un solo dirigente de la cúpula nacional del PP acompañó a las víctimas el 6-N en la manifestación de Madrid.
Este cabreo ha sido encauzado a través de Pablo Molina, de LD, donde suelen alojarse las plumas más señeras de la derecha extrema, que en este caso, como en tantos otros, creemos que ha exagerado al escribir Eunucos en celo: qué no podrán ser éstos del PP del que reproducimos algunos párrafos, siendo el último, por si no aguantan hasta el final:
“Solo hay una cosa peor que ser un eunuco ideológico, y es estar permanentemente en celo, dolencia al parecer muy extendida en la sede nacional del PP. Que Dios nos libre”“Es difícil encontrar en el panorama político mundial un partido siquiera la mitad de pusilánime que el popular, cuyos complejos sólo son equiparables a las ansias de su sanedrín por situar a su líder en La Moncloa. Los dirigentes del PP decidieron hace tiempo que en el tren del progresismo se viaja muy bien, aunque sea arrumbado en el vagón de los tontos útiles, papel para el que, por lo que parece, la derecha política española se cree predestinada”¿Por qué se avergüenza MR12 de sus votantes? ¿Acaso no se da cuenta de que son ellos los que, diariamente, deben avergonzarse de él y de sus secuaces? Detengámonos un momento en el caso del famoso movimiento norteamericano Tea Party, una sencilla conjunción de ciudadanos anónimos que se han declarado hartos de soportar la basura marxistoide que Obama quiere imponer a aquella sociedad. Difícilmente un partido de derechas medianamente serio resistiría la tentación de celebrar esta rebelión pacífica, puesta en marcha contra unas ideas repugnantes que supuestamente los partidos conservadores y liberales deben combatir”“Por supuesto que el PP no tiene nada que ver con el Tea Party, porque el partido de Rajoy es una formación ni-ni: ni tiene identificadas las ideas que debe llevar a la práctica ni coraje para defender nada presentable en la oposición, lo cual no puede, afortunadamente, decirse de ese movimiento de masas. En esencia, el PP no puede tener un Tea Party porque es un partido que comparte en gran medida la basura doctrinal consagrada en la vulgata de su adversario político (…) Es muy probable que González Pons, Moragas, Mariano y el resto de la alegre muchachada obamita del PP estén pasando también un trago amargo con la derrota de su referente político, y por eso no quieran oír hablar de un grupúsculo de ciudadanos libres que ha contribuido a devolver a Norteamérica su orgullo fundacional”.
