El Tribunal Constitucional, a los pies de los caballos (2)

TC

Sólo  hace dos días posteábamos sobre las coléricas e irracionales reacciones que el fallo del TC sobre Bildu  había provocado entre algunos políticos y escribidores de medios afines a la extrema derecha, que haberla la hay aunque esté encuadrada dentro del PP y a la espera de salgan los blaspiñares, los lepen a la española, con un partido político que dé  la cara. y no ande camuflado  bajo unas siglas en las que la mayoría son demócratas que acatan las decisiones judiciales aunque no les agraden.

Entre esa primera andanada  de El Tribunal Constitucional, a los pies de los caballos figuraban  primeros espadas o matadores  como Losantos, “los magistrados del Tribunal Constitucional se enfangaron la toga con el polvo del camino, después se revolcaron en el lodo, luego chapotearon en el fango, y ahora ya comen barro como hacían en el siglo XVII las que querían estar delgadas y con aspecto moribundo, las que se llamaban góticas”, “los jueces del TC han primado el derecho de los terroristas a presentarse a las elecciones, para qué, para que no les falte dinero para comprar armas y seguir matando” o González Pons.

En esta segunda entrega recogemos solo los vertidos tóxicos de los más virulentos – Isabel San Sebastián, César Vidal,  Juan Manuel de Prada, Pío Moa y Alfonso Ussía-, que seguramente harán las delicias de los aficionados a la literatura del terror y del horror comenzando por Isabel San Sebastián que dice de los jueces del TC:

 “Se han ciscado en sus tumbas y burlado de su memoria. Han pisoteado su dignidad. Las han vuelto a matar, tal como dicen sus deudos, de un modo más doloroso, ya que en esta ocasión la bala ha venido del campo amigo. Han traicionado a las víctimas y, con ellas, a España y a la democracia, toda vez que fue la defensa de España, de la libertad, de los valores democráticos que hacen posible nuestra convivencia, la causa que llevó a los terroristas a robarles cobardemente la vida”.

El enciclopédico César Vidal:

 “La muerte de un sistema”. “Me duele profundamente decirlo, pero temo que el Régimen de la Transición ya ha muerto (…) su muerte comenzó a dibujarse en el horizonte cuando un atentado todavía no resuelto llevó a ZP a La Moncloa; resultó innegable cuando el Tribunal Constitucional dio por bueno un Estatuto de Cataluña que descuartizaba la Constitución y se ha vuelto palpable cuando ese mismo organismo ha decidido que los terroristas de ETA puedan concurrir a las elecciones sin los frenos mínimos de hace cuatro años”.

Juan Manuel de Prada en “La justicia loca”:

 “Repudia a la razón la existencia de formaciones políticas defensoras del latrocinio o el asesinato; y también repudia a la razón la existencia de formaciones políticas que defiendan el crimen contra la comunidad política, lo que los latinos llamaban perduellio.Y esto es lo que el Tribunal Constitucional ha hecho: legalizar una organización que defiende y persigue el perduellio”.  “Pero haciendo un mal nunca se puede alcanzar un bien; pues, como afirma Sócrates (Gorgias, 508), ‘el cometer una injusticia le reporta más perjuicio al responsable del acto que a mí mismo, a pesar de ser su víctima’. Los miembros del Tribunal Constitucional han infligido un grave perjuicio a la comunidad política, y a las víctimas de los etarras, consumando esta injusticia”.  “Caiga sobre ellos, y sobre sus amos, la sangre de las víctimas”.

Pío Moa: “Llevo años denunciando la desvergonzada prevaricación del Tribunal Constitucional y los delitos de traición a España y a la democracia por parte la caterva de políticos que envenena al país. De nuevo se les ha visto  su carácter de colaboradores desvergonzados de una banda de asesinos, y ya he explicado también las profundas afinidades ideológicas entre todos ellos.  No soy abogado ni experto en cuestiones jurídicas, pero me pregunto: ¿no hay manera de llevar a esa chusma al banquillo?”

 Alfonso Ussía: “Una vergüenza”. “Enhorabuena a los seis magistrados nombrados por el PSOE que han obedecido a los que procuran los piensos y las prebendas.(…) El PSOE se había comprometido con los nacionalistas vascos a permitir que ‘Bildu’ –es decir, una buena parte de la ETA– volviera a las instituciones. Y seis magistrados políticos y obedientes han cumplido con su labor de subalternos del Gobierno.  Sus nombres pasarán a la Historia por la puerta pequeña (…) Cuando la ETA, de nuevo poderosa económicamente y de nuevo traidora de sus pactos y zalemas, vuelva a asesinar, a alguno de los magistrados que llevan esos nombres se les caerá la cara de vergüenza (…) Pero ya no habrá posibilidad de retorno. Los ‘progresistas’. Los designados por el PSOE. Los obedientes a Zapatero”

 

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