La prosa, la poesía y el ripio en torno al juez Garzón

en apoyo a garzón

Abrió el fuego de madrugada Carlos Herrera hablando –ridiculizándolos- de que los  “zejateros” se habían manifestado en Madrid en apoyo al juez Garzón, algo que nos había pasado inadvertido el domingo que  pasamos dando apoyo moral a Nadal, lo que obviamente no conseguimos ya que ,de momento, «no podemos» con el serbio Djokovic, del mismo modo que, tampoco de momento, el espíritu democrático del postfranquismo no puede  ni contra la falange, ni contra los sindicatos ultras ni contra los jueces envidiosos…

Algo pues nos habíamos perdido y comenzamos la búsqueda de información y la recabamos en primer lugar en la prensa ultra –La Gaceta-: “La ‘zeja’ y la izquierda se manifiestan a favor de «la integridad» de Garzón”, de Libertad Digital, la que aloja al infame ripioso Fray Josepho, que informa así:

“El domingo hubo una manifestación en Madrid contra el “linchamiento” de Baltasar Garzón. La encabezaban algunos de los titiriteros de siempre (Pilar Bardem, Juan Diego Botto, Marisa Paredes, Lola Herrera…), pero también los sindicalistas de plantilla (Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez), el mandamás de IU (Cayo Lara) y hasta algún desangelado socialista, como Zerolo. Detrás, la aguerrida militancia de la extrema izquierda, siempre obediente a la consigna.

«Ya va, con su habitual parafernalia
de tricolor, pancarta y necrofilia,
la turba que al juez-astro siempre auxilia
y cuyo sufrimiento alivia y palia.

Ayunos de sapiencia y didascalia
y en brazos de la prevaricofilia,
lo aman mucho más que su familia,
y chillan por la injusta represalia.

Hay mucho artista y mucho contertulio,
y mucho sindi-cráufor del peculio
que untaba Zapatero por su auxilio.

Y allá que van, retando al decibelio,
mitad revolución, mitad sepelio…
Faltaba nada más querido Emilio.

También escribe sobre Garzón el poeta Luis García Montero: “La toga sucia y el culpable limpio”:

“Son malos tiempos para la justicia.
Vengan a ver la farsa,
el decorado roto, la peluca mal puesta,
palabras de cartón y pantomima.
Son malos años para la justicia.
Como el mar no es azul,
los barcos equivocan la cuenta de sus olas.
Como el dinero es negro,
la moneda menguante de la luna
ha pagado el recibo de la noche.
Son malos meses para la justicia.
Se citaron el crimen y el silencio,
no descansan en paz los perseguidos,
el ladrón y el avaro se reúnen
y la ley no responde a la pregunta
de la bolsa o la vida.
Son malos días para la justicia.
Más de cinco millones de recuerdos
naufragan con sus nombres en la cola del paro.
Los vivos han perdido la memoria
y los muertos no tienen donde caerse muertos.
Son malas horas para la justicia.
La política sueña
una constitución en la que refugiarse.
Los periódicos piden
una buena noticia que llevarse a la boca.
El poeta no encuentra
las palabras que quiere para decir la verdad,
reparación, historia,
porque son malos tiempos,
porque los tribunales
se han sentado a cenar en la mesa del rico.
Vengan aquí y observen,
es el tinglado de la nueva farsa,
la toga sucia y el culpable limpio”
Y el prosista Ignacio Escolar en “Lo nunca visto”:
“Cada día, los jueces españoles ordenan grabar conversaciones de sospechosos y acusados. Algunas sirven como prueba, otras se anulan por defectos de forma, otras son irrelevantes y acaban descartadas. Sólo hay un caso en la historia de España donde el magistrado que firma unas escuchas acaba juzgado. Garzón es, sin duda, un bicho raro.
Las escuchas de la Gürtel las pidió la Policía, las apoyó la Fiscalía, las ordenó Garzón y las dio por buenas el juez que siguió la investigación, Antonio Pedreira. De entre todos los policías, fiscales y magistrados que respaldaron la validez de esas escuchas, sólo una persona ha acabado en el banquillo. Garzón es el único imputado.
Cada semana, en cualquier juzgado, hay debates jurídicos sobre la competencia de un tribunal o de otro para llevar un caso. Cuando las denuncias contra el franquismo llegaron a la Audiencia Nacional, otros dos jueces de la sala que estudiaron a quién correspondía instruir apoyaron la tesis de Garzón. Si prevaricó en esta decisión, ¿no lo hicieron también quienes le respaldaron? Pues no: Garzón es el único acusado.
Cada mes, se celebran en España conferencias y cursos patrocinados por empresas donde jueces y fiscales participan cobrando por su trabajo. Sólo uno de estos cursos ha provocado que un juez español sea procesado por cohecho impropio. Garzón es, otra vez, el primer y único acusado por cobrar una de estas clases magistrales.
Cada año, desde que llegó a la Audiencia, Garzón era denunciado; sólo Manos Limpias sumaba 17 intentos. Todas las querellas habían sido desestimadas hasta que Garzón pisó terreno vedado. Desde entonces, todas las denuncias contra él han prosperado; todas hacen historia. ¿Es que acaso Garzón está gafado?”

2 comments

  1. Garzonal paredon

    Se merece todo esto y más, Juez prevaricador. Grabar las conversaciones entre un abogado y su cliente rompen las reglas del juego, la igualdad de las partes en el proceso y el derecho de defensa. ¿Es que nadie que apoye a este cretino se da cuenta de lo que este juez instructor pretende justificar? Es como si volviésemosvolviésemos a la epoca de la inquisición y se justificase la tortura para arrancar la confesión del imputado… y la pana de palmeros aplaudiendo, como siempre.

  2. Yo defiendo a Fray Josepho, gran poeta,
    de esa gente sopaboba , mamadora de teta,
    admiradora de Stalin, islamista de estafeta;
    de la tricolor solo tiene el rojo de la estepa.

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