Parece mentira que Aznar siga teniendo el protagonismo que tiene en el partido, algo que puede serle perjudicial. ¿A que viene que el inventor del M.N.L.V, o Movimiento Nacional de Liberación Vasco, saque de nuevo el tema del terrorismo en la campaña electoral sin necesidad alguna, cuando ahora mismo la preocupación por el terrorismo está en 9º o 10º lugar? ¿No tiene bastante el expresidente con las declaraciones suyas en el extranjero que solo hacen minar la confianza que puedan tener en España los gobiernos y los mercados?
Ayer hasta le escuchamos hablar de la “burbuja inmobiliaria socialista” cuando fue él que la creó. Menos mal que están ahí las hemerotecas para recordarnos que llamaba a Felipe González “pedigüeño” cuando hacia gestiones por Europa y otros muchos dislates. Y no vamos a apelar al fácil recurso de la guerra de Irak donde nos metió basándose en un cúmulo de falsedades ni de la jubilación de oro que se ha buscado. Debería dejar a su partido prepararse para la gobernanza del país y dejarse de crispaciones innecesarias.
Dejemos a Fernando Garea que remate el post:
“A estas alturas el PP solo puede morir de éxito. Sus expectativas son tan altas que el único adversario es el mismo PP, el que los ciudadanos puedan percibir casi como una amenaza un triunfo tan apabullante como el que indican las encuestas.Que se hable tanto de su mayoría absoluta holgada que los electores de la izquierda molestos con el PSOE, en lugar de resignarse a la victoria irremediable del PP, decidan ir a votar a los socialistas para mitigar la victoria de Mariano Rajoy.
Y, por supuesto, quiebra el discurso oficial del PP y su estrategia tranquila el discurso radical de José María Aznar. Que el ex presidente sea la cara del partido y eclipse todo lo demás viene a ser como la tecla del F5 del ordenador que para muchos actualiza la pantalla y hace aparecer su segundo mandato, el de la mayoría absoluta. El mandato en el que casó a su hija en El Escorial y llevó a España a Irak.
Aznar es el enemigo en casa para la dirección del PP: es obvio que tiene el apoyo de los votantes populares que, pase lo que pase irán a votar, pero recupera la imagen más áspera del partido y, por tanto, corre el riesgo de movilizar a electores desafectos del PSOE.
Cuando más Aznar haya en campaña, mejor para el PSOE. No le servirá para ganar, quizás tampoco para evitar la mayoría absoluta, pero sí al menos para mitigar su desastre. Desde luego para recuperar el mensaje electoral de las emociones y los sentimientos que ya empleó en la campaña de 2008 “
