Es evidente que la persona que tiene la lengua más larga de espe país, casi del tamaño de su estatura, es Federico Jiménez Losantos, que no parece conocer límites en el ejercicio de su libertad de expresión. Ahora dispara su artillería pesada no contra los socialistas que están en horas bajas y a la busca del líder perdido sino que lanza fuego granado contra las más altas instancias del Estado, el Rey y el presidente del Gobierno.
Lo que sigue proviene de una entrevista que le hace el pintoresco Carlos Cuesta y del libro “El linchamiento” donde hace una serie de afirmaciones que no sé si calificar de valientes o de atrevidas. Está claro que Losantos es un potro desbocado que ni él sabe dónde va al que en estos tiempos democráticos es difícil parar solo a base de multas. Es un lenguaraz al que no se le conocen límites, de momento:
«El rey – a quien Losantos señala en su libro como responsable de su salida de la COPE-dio un discurso fantástico estas navidades y tardó una semana en desdecirse. ‘No hay que personalizar’, dijo. La Corona tiene que ser ejemplar. Ahí tenemos al Príncipe que está limpio pero la institución tiene que renovarse. ¿Cómo le explicas a la gente que juzgas a Urdangarín y no a su mujer la infanta Cristina que es propietaria del 50% de la inmobiliaria Aizón?
“Lo que ha visto Urdangarín es mucha impunidad. En esa casa se lo podían llevar casi sin pedirlo. Cuando a él le daban dinero del Villareal o el Valencia, ¿a quién le daban el dinero esos clubes? ¿A él o a su suegro? Porque Urdangarín no es nadie. La Corona se ha acostumbrado a la impunidad en general, en los comportamientos, los Albertos no entran en la cárcel porque Alcócer caza con el rey y es su amigo. Urdangarín lo que ve es que puede sacar dinero de donde sea y la gente si viene de la Corona se lo dan. Y esto está en el sumario. Ese es el problema de fondo»
Y sobre Rajoy:
“Mariano, como Gallardón, atacó a la derecha y se arrimó a la izquierda. Al PP vasco de San Gil lo destrozó y lo laminó. El resultado es que ha perdido votos en Cataluña y País Vasco. Al final la gente que vota al PP es la gente que cree en la nación, es la gente que paga impuestos y que cree en la igualdad ante la ley. Pero Mariano tiró toda esa credibilidad a cambio de nada.
Este Gobierno tiene una parte muy buena, hay gente muy íntegra. Eso es un cambio enorme. Pero la gran cuestión es en lo económico es rebajar el dinero a los políticos y a los sindicatos. Eso de cuatro sueldos para los políticos debe acabarse»
