A vueltas con la Memoria Histórica

 

 

 

“…Españolito que vienes al mundo Te guarde Dios Una de las dos Españas Ha de helarte el corazón.” De esta manera los archiconocidos versos de Antonio Machado inmortalizaban el mito de las dos Españas, que no sería tanto mito cuando la cruel realidad se plasmó tanto en los campos de batalla, en las retaguardias,  como en el odio en los corazones. El tiempo lo va calmando todo pero aún quedan unas cuantas generaciones irredentas que piden una mínima reparación, casi siempre moral, de aquellos daños y tan es así esto que sus representantes democráticos quieren parchear la situación en forma de una Ley de la Memoria Histórica.

Y si esta Ley es de estos días, en cuanto se pudo, hace de esto treinta años, se iniciaron movimientos tendentes a proporcionar las reparaciones a tantas injusticias y uno de ellos corrió a cargo del primer alcalde democrático que tuvo Campillos, don César R.Docampo , que promovió la demolición del monumento a los Caídos de un solo bando, el 15 de Agosto de 1977, con la aprobación y el espaldarazo moral dado por el Alcalde que lo ideó, Don Federico Manzano Sancho, en 1939, todo según sus palabras textuales, en aras de la paz y de la concordia. Así pues, oficialmente, quedó abolido el enfrentamiento entre hermanos en sus símbolos externos.

El desmantelamiento del odio y del rencor de los corazones sería algo más difícil de conseguir y solo el paso del tiempo y ejercicios diarios de justicia y generosidad podrían ir aportando soluciones. A treinta años vista de aquello se sigue en el empeño aunque algunos digan que no hay ni que remover aquellos acontecimientos ni las fosas comunes aunque en Argentina acaben de condenar a cadena perpetua a un sacerdote que se valía de su ministerio-de las confesiones-para proporcionar información a los esbirros de la Junta: y es que todas partes siempre se cocieron unas habas que han ido engrandeciendo, poniéndole mas páginas al libro de la Historia General de la Infamia.

 

  

 

One comment

  1. He dejado pasar un tiempo por varias razones. Ante la temática de las lápidas, conviene acercarse usando zapatos con hebillas de plata, como tú lo has hecho. Nada de magistral ni dogmático. a los poetas. Sí darte las gracias por el recuerdo y como despedida voy a hacerlo como entraste tú, sobre los bastidores del verso, del mismo poeta que nos habla desde las lápidas:

    “…Andaluces de Jaén,
    aceituneros altivos,
    decidme en el alma: ¿quién
    amamantó los olivos?
    Vuestra sangre, vuestra vida,
    no la del explotador
    que se enriqueció en la herida
    generosa del sudor.

    Miguel Hernández “

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