Andanzas y aventuras del ubicuo Enrique Jiménez, el Mocito Feliz

el mocito feliz

el mocito chupando cámara

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Es una de las cuestiones sin resolver que tiene la nación española, comparable en complejidad a aquellas que se plantean los politólogos de cómo puede funcionar un país fragmentado en 19 autonomías. El último ejemplo es aquella medida de Zapatero, el que  en el último Debate sobre el Estado de la Nación ha vencido, según el CIS,  a Rajoy por 26 puntos, para relanzar el  hundido sector del automóvil, de ofrecer un plan de ayudas, en el que las autonomías iban a participar con 500 euros y del que ya se están descolgando una a una las  gobernadas por el PP, porque ya idearán sus propios planes, etc.

Esa cuestión que nos inquieta es la de cómo un ser corriente le disputa a la divinidad el don de la ubicuidad, que según nos enseñaron en la escuela -entonces no había profesores de religión, esas doctrinas las impartían los enciclopédicos y sufridos maestros-, es una de las características del Ser Superior. Y ese osado es el Mocito feliz que es ubicuo per se: Basta que Pitita Pantoja dé un concierto en Albacete para que El Mocito esté detrás chupando cámara o que a Isabel Ridruejo se le haya aparecido la Virgen para que el Mocito Feliz le esté haciendo la competencia a la esposa de San José.

O que Julián Muñoz se disponga a entrar a dar una conferencia en la Pablo de Olavide, acerca del manejo de los dineros públicos, para que el Mocito esté detrás de Julián en la rueda de prensa improvisada por el ex prócer,  ex de la Zaldívar y de la Pantoja, como les gusta llamarlas a los reporteros del chismorreo: con el artículo identificador delante del apellido.

También ayer se le vio detrás de Belén Esteban en el preciso momento en que encontró traje para la primera Comunión de Andreíta, evento al que sí va a asistir Jesulín de Ubrique, pero no La Campanario, tal como estuvo detrás de la diva de San Blas cuando por fin encontró el traje para su boda ya rota hace unos meses.

Por último, hemos visto al Mocito tras la foto que le hicieron a  la duquesa de Alba a la salida de la clínica en que ha sido operada con gran éxito cuando momentos antes lo había hecho detrás de la duquesita cuando  estaba diciendo que no iba a hablar de su vida privada, cuando al parecer le han preguntado los periodistas por su ya inexistente relación con el retoño de Pilar Miró.

Podríamos alargar estas “comparecencias” del Mocito que siempre aparece detrás de todos aquellos personajes que son noticia en el mundo del corazón. Seguimos ignorando en qué hoteles dormirá nuestro Mocito o en qué medios de locomoción recorrerá de punta a punta la España del corazón, dónde tendrá su base de operaciones, de qué base de datos se servirá que, desde luego, poco tiene que envidiar a las fuentes de información del CNI o de la CIA y la pregunta clave: ¿Quién le subvenciona su aparentemente gratuita actividad, a un personaje cuyo medio de vida está supeditado a la venta de La Farola o similares?

De lo que si estamos seguros es de no haberlo visto jamás detrás de ningún político: el olfato del Mocito le dice que no suelen ser personajes que susciten demasiado interés. Lo que no hay que descartar es que algún día, los políticos, sobre todo en períodos electorales, se aperciban de su tirón y lo incorporen como reclamo para sus mítines.

Y lo de la supuesta ubicuidad nos lo acaban de explicar: los reportajes que recogen la actividad incesante del mocito Feliz van enlatados y pueden emitir varios simultáneamente, lo que desgraciadamente hace que podamos ver a las horas más insospechadas a la Patiño, a Mariñas y a su admirado Cantizano, poderosa vena al cuello y luciendo palmito.

 

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