Marruecos, al parecer se ha contagiado de la fiebre del AVE que ha hecho que España sea uno de los países del mundo con más kilómetros de Alta velocidad, algo que ha sufrido un cierto parón por aquello de la crisis o se ha ralentizado.
Esa fiebre ha cruzado el Estrecho ya que Mohamed VI y Sarkozy han inaugurado en Tánger los trabajos de construcción del tren de alta velocidad con tecnología 100% francesa, un proyecto de 3.000 millones de euros, obtenidos gracias a generosos créditos franceses y de monarquías del Golfo y que tendrá como resultado que se tarde en llegar de Tánger a Casablaca dos horas en lugar de las actuales 5.
De todos es conocida la situación en Marruecos en cuanto a trabajo, sanidad, educación o libertades democráticas , por eso parece un lujo, como casi lo es en España, que Mohamed VI, se gaste el dinero de esa forma para pasar del burro al AVE casi sin solución de continuidad.
El otro asunto que remuevo después que ha pasado lo más gordo es la crisis del toro, sobre todo en Cataluña que lo han prohibido. Todas las opiniones son válidas pero por lo llamativas y porque se apuntas a las tesis del Parlamento catalán que aunque está lleno de separatistas -no todos lo son-, traigo hoy las de un irreverente contumaz como es Pérez de Albeniz, el descodificador, casi siempre en contra de las tesis oficiales:
“La Monumental vivió su última tarde de toros. Desde la retirada de Nacho Vidal los medios no utilizaban con tanta alegría el término “última corrida”. Hay motivo para el jolgorio: Cataluña queda libre de tortura. Bueno, de casi toda, porque ahí siguen los correbous… La caverna, habitualmente en tendido de sombra, salió a la luz con la artillería preparada para defender algo mucho más importante que un festejo taurino: la unidad nacional. “Han cerrado los tendidos que se iban a convertir, en cuanto a canto de libertad, en lo que dicen que fue el Nou Camp durante el franquismo”, escribió David Gistau en El Mundo. “Les molesta España”, aseguró, con lágrimas en los ojos, el torero catalán Serafín Marín. “Es todo política: no quieren toros porque es un producto español”, dijo anoche el ganadero Cristian Mansilla en “Salvados” (La Sexta).
¿Libertad? ¿España? ¿Política? Es curioso comprobar cómo, cuando hablan de la desaparición de las corridas en Cataluña, a muchos toreros, columnistas y hasta periodistas se les llena la boca con palabras grandiosas. La razón es muy sencilla: resulta mucho más fácil manipular cuando invocas sentimientos ancestrales y fronteras sagradas. Pero no se confundan, solo se trata de acabar con la tortura. Olviden España, la libertad, la política y el castellano. Tortura. Nada más y nada menos.
Anoche “Salvados” habló de todo esto. En “Toros, un lío monumental”, el Follonero trata de explicar el conflicto charlando con todas las partes. Utiliza un recurso tan infalible como escaso, el sentido común, para interrogar a los políticos que han acabado con la tortura. Y a los anti taurinos, a los aficionados, a los ganaderos, al director de La Razón … E incluso a Obdulio, el embolador. Y deja que el telespectador saque sus propias conclusiones”
