Cristianos de Misa

 

De nuevo recibo una misiva -una epístola para estar acorde con la nomenclatura que emplea – de mi amigo Eladio Montaño, de lo más testimonial y coherente con su pensamiento – haciendo un curioso distingo entre «cristianos de Misa» y aquellos otros que lo son  ‘circunstanciales’ -,  en estos tiempos en los que hasta el Papa Francisco pone el dedo en la llaga de aquellos que se consideran católicos, porque el Papa de Roma ha dicho que “mejor ser ateo que un católico hipócrita”. Se trata del titular que resume unos comentarios improvisados durante la misa privada que celebró el viernes en su residencia: “Lo escandaloso es decir una cosa y hacer otra, es la doble vida. Hay algunos que dicen ‘Yo soy muy católico, siempre voy a misa, pertenezco a esta asociación y a la otra. Pero mi vida no es cristiana, no le pago a mis empleados salarios justos, exploto a la gente, hago negocios sucios, lavo dinero. Eso es una doble vida. Hay muchos católicos que son así y son un escándalo. Cuántas veces hemos escuchado decir a la gente: para ser católico como él, mejor ser ateo”.

En este caso el autor del artículo recuerda las enseñanzas que se obtienen en la Misa para atenuar el agobio que hoy sufre el ser humano – sea o no cristiano-,  buscando consuelo en la Biblia y en el Evangelio:

«A los cristianos de Misa nos han aquietado el espíritu sin necesidad sin necesidad de sermonearnos. Sólo leyendo la Biblia nos ha entrado el calor en el cuerpo.

Decimos muchas veces: Me ha abandonado el Señor; mi dueño me ha olvidado. ¿Es que puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré, dice el Señor (Del libro del profeta Isaías, 49).

No estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir… Mirad los pájaros del cielo: no siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?… Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón en todo su fasto estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se la quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros…? (Evangelio de Mateo, 6)

Y hemos cantado confiados en su palabra:

De Dios viene mi salvación y mi gloria, él es mi roca firme, Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón (Salmo 61).

Estas palabras de los lirios del campo pueden sonar a ensoñación. Lo que Jesús denuncia no es la urgencia con la que muchos buscan cómo subsistir… Critica la ideología ambiciosa del que acumula o acapara, el materialismo del avaro, del que sólo piensa en sí mismo, en su beneficio, en su propio lucro, olvidando las necesidades de los otros, he leído en «Un tal Jesús», I,33.

Y el Papa Francisco ha dicho comentando esto: En un corazón poseído por las riquezas, todo está ocupado por las riquezas, no hay sitio para la fe. Si se deja a Dios el sitio que le corresponde, entonces su amor conduce a compartir las riquezas… Y así la Providencia de Dios pasa a través de nuestro servicio a los demás, nuestro compartir con los demás (2-3-2014).

Creas o no, no te agobies aunque te aplasten muchas cosas. Los hombres no son más que un soplo, los nobles son apariencia; todos juntos en la balanza subirían más leves que un soplo, dice el salmo que hemos cantado hoy los cristianos de Misa. ¿Es o no es así?

Un abrazo, E. »

 

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