De nuevo escalofriantes escenas en los ruedos

TOROS EN picasso

En el post “Opíparo”, 530, y su horrorosa cornada a Julio Apariciose dice entre otras cosas:

“Cuando aún José Tomás no se ha recuperado de la escalofriante cornada que sufrió hace unos días y que le destrozó un muslo hoy tenemos que asistir al penoso espectáculo de contemplar cómo a otro torero, Julio Aparicio, en el transcurso de la lidia de su toro, cayó al suelo e “ intentó levantarse haciéndose el quite con la muleta. Fue en ese momento cuando el toro se encontró con la cara de Aparicio, con tan mala fortuna que le clavó el pitón por la barbilla y se lo sacó por la cavidad bucal”, imagen que aparece en primera página de todos los diarios, de papel y digitales, pero que por pudor e higiene mental no reproducimos: no es agradable ver la cara de horror del torero de cuya boca sale el cuerno del toro. Esta imagen tan impúdica no es ahorrada por ningún medio: el morbo en estado puro. Para que luego se rasguen la vestiduras con la basura televisiva de la Esteban y demás fauna que la acompaña.

También fue cogido aparatosamente El Cid cuando  “muleteaba con la mano zurda a otro bonachón y resultó enganchado y zarandeado hasta el punto que pareció que el pitón había calado en el muslo derecho a la altura de la ingle. No fue así, y la taleguilla rota sólo necesitó un arreglo de costura urgente”

Menos mal que en ambos casos se trataba de toros, el uno inválido ante el caballo y el otro bonachón, como dice el crítico taurino Antonio Lorca.

Todo ello acompañado de numerosas entradas al blog en las que el autor trata el tema taurino desde distintas ópticas, como por el ejemplo, la trilogía:

Los toros españoles temen la llegada del verano (3)

Los toros españoles temen la llegada del verano (2)Los toros españoles temen la llegada del verano (1)

También me adhiero a su petición de que a los no aficionados al, dicen,  noble y excelso arte de Cúchares, en el que se basa buena parte de nuestras esencias carpetovetónicas y cantado y pintado por numerosos ensayistas,  poetas y pintores, no se les muestren las escenas de las carnicerías –sufridas por toros y toreros-, un día sí y otro también, en los medios Éstas deben ser reservadas a los que acuden a los  múltiples ruedos ibéricos y además pagan por ello haciendo uso de su libertad.

 

 

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