Dimitir en España, ese verbo tan poco usado

Los que vienen del nacionalcatolicismo no son muy proclives al empleo de  términos relacionados con la religión y sus dogmas, existe un cierto pudor y miedo reverenciales a hacerlo, así que omiten expresiones como  “aquí no dimite ni Dios”,  aunque los hechos  acuden en su ayuda: ha dimitido su representante en la tierra, Benedicto XVI. Ahora ya están reunidos en cónclave los cardenales papables esperando que el Espíritu Santo los ilumine porque tienen mucho trabajo por delante, el primero levantar las alfombras de palacio y después proceder a su desinfección, algo que no ha podido hacer el dimisionario Pastor alemán.

 En Europa se dimite por cualquier cosa, así Arnie Craven, un diputado local del Partido por la Independencia del Reino Unido, ha presentado su dimisión para protestar por el incremento de la homofobia en su partido que expulsó recientemente a uno de sus miembros por apoyar el matrimonio igualitario.La Universidad de Düsseldorf retiró el título de doctora a la ministra de Educación alemana tras haber comprobado que buena parte de su tesis había sido copiada.  Unos días más tarde dimitió de su cargo, aunque sigue defendiendo su inocencia. Chris Huhne, número 2 de los Liberal Demócratas británicos, dimitió hace unos días tras descubrirse que hace 10 años mintió diciendo que era su mujer y no él la que conducía su coche para evitar perder los puntos que le quedaban en su carnet… y un largo etcétera en el que se dimite por las causas más nimias.

 Aquí en la Patria y aunque se les coja con las manos en la masa, no existe esa sana costumbre. Siempre dirán que los que airean esas miserias son enemigos de su partido, y por supuesto de España. Hubo uno que dimitió por el bien de España y de su partido a pesar de que esas infamias que arrojaban sobre él sus enemigos están muy bien documentadas y grabadas. La última es una muy despistada que  tiene una especie de ceguera que le impide ver cochazos en su casa, y muy aficionada a celebrar grandes festorros en el chalé, financiado por un trama corrupta, la que presuntamente proveía de fondos a Bárcenas –coinciden, según la policía esos envíos con los apuntes de Luis el C. -, los mismos que presuntamente este fenómeno desviaba a sus cuentas en el extranjero, repartía generosamente a los cuadros dirigentes de su partido, y lo que sobraba para actos partidistas. Pues bien,  esta ministra de la sanidad ha contestado en sede parlamentaria a los que se lo han recordado que “eso son infamias de las que ya se está hartando…”

En España, por tanto, se tendría que potenciar la sana y democrática costumbre de dimitir. He aquí algunas de las sugerencis que nos hace Arturo González:

 “¿Debería dimitir el Jefe del Estado, es decir, el Rey, por su falta de transparencia, sus deslices privados, y su estado de salud?

¿Debería dimitir el presidente del Gobierno, señor Rajoy (creo), por haber incumplido todas sus promesas y por vivir y hacernos vivir en el engaño y la indignidad?

¿Debería dimitir el Jefe dela Oposición, señor Rubalcaba (creo), por haber hundido a su partido?

¿Debería dimitir Cayo Lara por afirmar que la prevaricación no es corrupción?

¿Deberían dimitir varios ministros, tales que Wert, Gallardón, Ana Mato, Fátima Báñez, por su no nula sino perjudicial aportación al bienestar de España?

¿Debería dimitir el señor Montoro por sus juegos dialécticos con datos oficiales secretos que él sibilinamente airea en defensa de su partido y por el contrario no airea los de su partido?

¿Debería dimitir el religioso Ministro del Interior?

¿Deberían dimitir todos los jefes de policía?

¿Debería dimitir quien no sea capaz de explicar la actuación de la señora Corina? ¿Debería dimitir la señora Corina de espía o de lo que sea?

¿Debería dimitir Artur Mas por entregarse, preso de ERC y como toda actividad y justificación políticas, al independentismo más exacerbado?

¿Debería dimitir algún juez, algún diputado, algún cargo autonómico como el Consejero de Sanidad dela Comunidadde Madrid, señor Lasquety?

¿Deberían dimitir los líderes sindicales y no presentarse a la reelección?

¿Deberían dimitir todos los banqueros y directores de Cajas, especialmente los que instaron un desahucio hipotecario o los que engañaron con participaciones preferentes?

¿Debería dimitir Mourinho?

¿Deberíamos dimitir todos nosotros por falta de vigor democrático?”

Es decir, todos deberíamos dimitir y así cerrar España. Seguro que los problemas comenzarían a resolverse…

 

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