El 15-M en el 12-M

15-M en el 12-M

 

15-M en el 12-M barcelona

 En la Puerta del Sol de Madrid miles de indignados abarrotan ya el Kilómetro Cero, epicentro y punto emblemático de la protesta que ahora celebra su aniversario. El movimiento está ahí de nuevo y con las energías renovadas por mor de los recortes sociales y el preocupante  hundimiento del estado del bienestar que casi todo el mundo está sufriendo, particularmente los jóvenes y las clases más desfavorecidas.

Les muestro algunas fotos, aperitivo del 15-M, originarias de Madrid, Barcelona, Málaga y Granada.

Inexplicablemente este viento de libertad y renovación es rechazado por la extrema derecha. Vean si no cómo lo saluda El trasgo, en La Gaceta:

“Eso es el 15-M, y no es raro que sus inspiradores sean un Stéphane Hessel (95 años) y un José Luis Sampedro (95), porque de «Sé realista, pide lo imposible» del Mayo Francés al «Lo queremos todo y lo queremos ya» de la Acampada Sol no dista mucho.
Por supuesto, los jóvenes españoles, con un paro del 50%, tienen razones de sobra para estar indignados. Pero no porque les hayan ‘robado’ nada, que quien se pare a pensar un minuto verá que no hay nada que robarles, sino porque les han mentido desde que nacieron.

Por eso es sorprendente que repitan borreguilmente las consignas y reclamen dócilmente las recetas de los mismos arrogantes narcisistas que les han traído donde están.
«El 15-M es un despertar, pensar que el dueño de tu vida puedes ser tú».
Muchas cosas se pueden decir de las propuestas barajadas en las acampadas; que pretendan hacer a los jóvenes «dueños de su vida» no es, precisamente, una de ellas.
No se oían demandas de facilitar la creación de empresas, impuestos más bajos para los jóvenes emprendedores, oportunidades para autónomos.
Nada, en fin, que diera la impresión de que los jóvenes quieren hacerse con las riendas de su propia vida, sino más bien lo contrario: más papá Estado, más intervención, más‘gratis total’, más dependencia. Todo muy viejo, qué quieren que les diga.
Fernando Vallespín, del que elogié una tribuna no hace mucho, no puede sustraerse a la tentación de pelotillear a los jóvenes, que parece universal últimamente, ayer en ‘El País’,»Banqueros imprudentes, jóvenes desesperados».
Como simplificación demagógica, el titular es para enmarcarlo.
«Se enrabietan porque no tienen futuro, y no tienen futuro porque alguien se lo ha quitado. Y ese alguien tiene nombre y apellidos, no sigamos diluyéndolo detrás de palabros como «sistema», capitalismo internacional o «locura colectiva» -aunque hubiera mucho de esto último-«.
«Esta es otra de las fuentes de la indignación, que al final todos se van a ir de rositas. Después del banquete les pasan la factura a quienes nunca estuvieron invitados a participar en él».
Ese es, precisamente, el problema: que han probado la buena vida a la que les han dicho que tienen derecho y que durará siempre, y ahora no quieren renunciar. En Cuba no hay tantos tuiteros, y hace tiempo que los norcoreanos no se coordinan en Facebook para protestar.
En «15-Motivos más para la indignación», también en ‘Público.es’, leo que uno de ellos es»Educación: Más cara y de peor calidad».
Oh, ¿de verdad tenemos que fingir que los universitarios no cubren sino una ínfima parte del coste de su matrícula, o que la ‘calidad’ de nuestra educación universitaria hacía que la Universidad Complutense no esté entre las doscientas (un dos y dos ceros) mejores instituciones universitarias del mundo?
Vallespín critica a la generación de mis aborrecimientos, pero exactamente por lo contrario de lo que hicieron.
«Lo peor, sin embargo, es que hicieron de la transgresión un concepto superfluo».
«Toda subversión de lo existente, aquello en que eran tan expertos, se integraba después en el orden reinante como una parte natural de su evolución; toda discrepancia encontraba al final su hueco de mercado en la sociedad pluralista. Consiguieron que el sistema engullera sus contradicciones sin necesidad de construir algo verdaderamente nuevo».
No es que hicieran -hagan: siguen dominando el discurso- «de la transgresión un concepto superfluo», sino que la convirtieron en virtud por sí misma, con independencia de lo que se transgrediera”

indignados en barcelona

indignados en malaga

en granada

indignados ante la policía

perros indignados en Sol

2 comments

  1. Hummm, bueno, sí, Mayo/68, Primavera de Praga… (ésta, para mí, mucho más meritoria, que no es lo mismo un gomazo, «viaje de borra»,- Málaga forever – de un poli de España o de Francia, que el cañón de un carro soviético y otros cuantos fusiles te apunten a la cabeza. Existe, no obstante, alguna similitud entre estos jóvenes y aquellos de M/68: los de Francia, estudiantes de mayoría burguesa, no pasaban muchas calamidades en ese tiempo y querían, no cambiar la sociedad, como se descubrió después, sino parecerse a sus progenitores acortando el «tiempo de sacrificio» (estudios) y tener acceso a los bienes de consumo a la mayor brevedad «aquí y ahora». Los nuestros (a la postre tan aburguesados como aquellos o más, pues el tiempo los mejoró, como al buen vino) difieren en que hay más mezcla de clases,foráneos y exóticos, pero son igualmente jóvenes a los que papá ha sostenido/sostiene.
    Queda ver el final: en Francia, todo acabó una vez que millones de progenitores de aquellos estudiantes tomaron las calles de las ciudades a finales de mayo, al son de La Marsellesa, «para que Francia no acabe destrozada, De Gaulle dixit». En el mundo todo siguió igual. Y yo también estoy con Jimmy Fontana y su canción.

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