El fallido asalto al Congreso

Fue la primera idea, después se quedó en rodeo del congreso, y finalmente una batalla campal de la que hay testimonios que hieren la vista del espectador más frío. Hubo sangre y leña por doquier en la que lógicamente se llevaron la peor parte los manifestantes entre los que había, desde ancianos hasta alborotadores profesionales que sabían muy bien cómo sacar de sus casillas a los policías: pudo haber algún linchamiento si los servidores del orden no hubieran sido tan numerosos. Y muchas escenas en que la policía se empleó a fondo, a veces hasta lejos del epicentro de la manifestación. Hoy se ha visto que la policía hasta entró en la estación de Atocha, donde se refugiaron algunos alborotadores, disparando balas de goma. La actual policía desde luego no se merece que la llamen asesina.

Estaban cumpliendo con su deber en la defensa del Congreso, el mismo al que le han hecho hoy las cuentas: “19.285 euros en viajes por diputado. O que paga 30.000 euros por el parking de Barajas. O que tiene presupuestados 7.000 euros anuales para las multas de los coches oficiales. O 100.000 para la compra y reparación de iPads. O 60.000 euros reservados para “regalos institucionales” y otros 150.000 para “atenciones de protocolo” de miembros de la Mesa. Ese Congreso que en 2011 gastó 212.677 euros en “obras de arte y alfombras”, partida reducida a 80.000 euros para 2013.”

La manifestación o algarada -según quien la enjuicie- ha sido tratada de distintas maneras. Así la exagerada de María Dolores de Cospedal la compara el Golpe de Estado de Tejero. (Y los policías que rodeaban el Congreso la emprendieron a porrazos con ancianos que les cantaban “¡sin paga extra, estamos sin paga extra!”.

Según Izquierdo, el catavenenos:

“la Delegación del Gobierno dice que hubo 6000 participantes. Dado que había desplegados, al menos, 1350 policías, resulta que cada robocop de azul tocaba a menos de cinco mugrientos por barba. Que ya les podían haber convencido con buenas palabras alrededor de una mesita de cualquier terraza. Pues de eso nada: 64 heridos y 26 detenidos”

David Torres, en Público,  envía una carta:

Querido policía,  déjame felicitarte por lo de ayer. Te portaste como un hombre, te ganaste a base de porrazos la paga extra que te habían quitado y cumpliste a la perfección el encargo de apalear al pueblo. Es cierto que para otras cosas, la verdad, no vales, por ejemplo, eres incapaz de distinguir un hueso de pollo de un hueso de niño, con lo cual una simple investigación por asesinato acaba transformándose en un circo mediático y un pobre paleto te chulea durante meses, pero es que tú no estás para eso, querido policía, a ti no te pagan para pensar ni para sumar dos y dos siquiera. Lo tuyo es intimidar, montar follón, colarte dentro de una pacífica multitud y caldear los ánimos, manejar la porra y pegar hostias. Y lo cierto es que para eso no tienes precio, aunque el despliegue militar de ayer (con casi 1.500 efectivos, carretadas de lecheras, helicópteros, caballos, vallas, pelotas de goma) le haya salido por un pico al contribuyente. Con lo que te pagaron ayer a ti y a tus colegas por acojonar y romper huesos, se podía haber construido un colegio”

La Razón:

“La izquierda antisistema congregó ayer a pocos miles de personas cerca de las Cortes. La consigna era rodear el Congreso, lo que, obviamente, no sucedió. El ajustado despliegue de seguridad controló las provocaciones violentas de los extremistas y permitió la protesta autorizada”.

Alfonso Merlos:

“No puede ser que el blindaje del Congreso hunda la facturación de los comerciantes de Madrid hasta un70%; tampoco que el despliegue de los agentes cueste al erario público más de 200.000 euros en dietas; y mucho menos que la imagen que estemos exportando sea la de un país al borde de un conato golpista. ¡¿A qué clase de broma estamos jugando?! El vigor y la fuerza de un Estado de derecho se mide en parte por el potencial que tienen los revolucionarios para exponerse y decantarse. Pero eso es una cosa y otra es que España, en un momento histórico, destruya su reputación, se suicide en términos de proyección internacional. No es tolerable”

Hay muchas más reacciones que encontrarán en los digitales y noticiarios del día donde cada uno encontrará lo que prefiere que le cuenten. Así son las cosas. Mientras tanto ¿han observado cómo le ha cambiado la cara a Mas en los últimos días?, ya hasta parece que está perdiendo el halo de empleado del Corte Inglés que lo caracteriza, con disculpas para los empleados del Corte Ingles.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *