El juego estelar del Barça hizo pasar desapercibido al nuevo Rey Midas C.Ronaldo

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El precio pagado por tan buen jugador, que tan buen a puntería tiene y que tan bien hace la bicicleta, de la que el video colgado es un buen resumen, de cerca de 100 millones de euros es portada en todos los diarios, sin excepción, y es analizado exhaustivamente y donde prima la consideración de si gasto tan cuantioso es moralmente aceptable en unos tiempos en que tan grave crisis hace la vida tan difícil a unos cuantos millones en un país que hace tal dispendio.

Casi todos los comentarios se extienden en demostrar qué cantidad de cosas se pueden comprar con tantos millones, que son muchas, por ejemplo, el 100% de las acciones de la Juventud de Turín. O, si se prefiere el fútbol británico, adquirir todo el Tottenham Hostpur y con lo que sobra hacerse con los tres mayores equipos portugueses, Benfica, Sporting y Oporto.

Nosotros hacemos una consideración meramente deportiva: la última actuación del futbolista fue en la final de la copa de Europa, en Roma, donde a nuestro juicio pasó algo desapercibido por mor de la actuación del equipo español el Barça CF, el que es más que un club, sobre todo por la actuación de los “pequeños”, Messi, Xavi, Iniesta  y del moreno E`too. ¿Cuánto valdrían si fueran puestos en el mercado estos cuatro jugadores? Seguramente más que los presupuestos anuales de alguna pequeña república, bananera o no.

El brillo de Cristiano, que además está endiosado porque dijo el verano pasado que él era el 1º, 2º y 3º jugador del mundo.-Messi sería el 4º-, es indiscutible, “un atleta fabuloso, una conjunción entre explosividad y resistencia en perfecta armonía con el dominio malabarista del balón”, aunque en lo personal le falte un hervor, tiene 23 años y Nadal es más joven y tan grande como mínimo como él y es un ejemplo de lo contrario. Pero es un deportista con cierta fragilidad física por sus constantes lesiones aunque aún no haya llegado-El dios de los deportistas no lo quiera-, el Goicoetxea de turno, especialista en destrozar tobillos como muy bien saben Maradona y  Schuster, o el Magriñan de turno, el “secador” del más grande de todos los tiempos Alfredo Di Stefano, el que levantó un monumento al balón en su jardín: “Gracias, mi vieja”, aunque el agradecimiento debe ser mutuo visto cómo tratan a la “vieja” algunos compañeros suyos.

Esperamos seguir hablando de Ronaldo pero que sea por motivos estrictamente deportivos, cuando ya se haya olvidado el escándalo monumental que ha supuesto tamaño gasto.