El Papa: «No os avergoncéis del Señor»

El Rey besa la mano papal bajo la atenta mirada de Zapatero y Bono

Ya tenemos al Sumo Pontífice entre nosotros y las frases grandilocuentes no se han hecho esperar. La que ha tenido más fortuna ha servido de cabecera a los grandes diarios: El Papa: El Papa: «No os avergoncéis del Señor», con la que titulamos el post. Hay otras, como la dicha por un peregrino:  «Son solo dos segundos, pero te llenan de luz» en la que no he entrado pero que supongo, si ustedes pinchan en el enlace, se referirá a su emoción al paso del papamóvil.

Esta a cargo del Rey: : «Es hora de redoblar nuestro apoyo y acabar con el intolerable paro juvenil» y la correspondiente a un editorial de La Razón:  Benedicto XVI defenderá el ADN cristiano de Europa. Por último una bastante llamativa : Rouco espera que de la JMJ salgan 500.000 matrimonios

Pero no todo son sensaciones positivas. Siempre hay en la inmensa grey que es pastoreada en la capital de España por el Supremo Pastor alguna oveja negra o descarriada, además de los 5000 manifestantes de ayer  que fueron reprendidos merecidamente por la policía. Se trata de Javier Pérez de Albeniz que ve así la visita :

“Benedicto y cientos de miles de sus seguidores han llegado a la ciudad. Vienen desde lugares remotos, tras largos viajes realizados en diferentes medios de transporte. Algo sin duda contradictorio, puesto que la religión es inmovilidad. El cristianismo es miedo. A la felicidad, a la ciencia, al placer, al progreso… Nada debe avanzar, todo debe permanecer detenido en el tiempo, el pasado está condenado a convertirse en futuro. La iglesia católica se sostiene en la inmovilidad y la quietud, odia la acción y el ajetreo. Es lenta, muy lenta. ¡Tardó siglos en aceptar a Galileo y aún pone en duda a Darwin! Miles de jóvenes y de religiosos han llegado desde todo el mundo a Madrid con un único motivo: que nada se mueva.

A los que piensan diferente, aquellos que han nacido para correr, el arzobispo de Toledo les llama “paletos”. A los grupos de ciudadanos laicos, el obispo auxiliar de Madrid les tilda de “parásitos”. La religión católica, con el apoyo de la derecha, dificulta la circulación de ideas y alimenta el óxido mental. El movimiento tampoco le sienta bien al PP… Esperanza Aguirre, una de las ideólogas de este reposado movimiento político, se ha estampado sin consecuencias con su coche hace solo unos días. Y hace seis años tuvo un accidente de helicóptero cuando trataba de levantar vuelo junto al supuesto líder de su partido, Mariano Rajoy. Quietos parados: en la acinesia está la solución a nuestros problemas.

Ante la llegada del Papa, el Gobierno central (de un Estado aconfesional) y el madrileño, hincan las rodillas en tierra: el primero olvida su laicismo agresivo y declara el acto “acontecimiento de excepcional interés público” (lo que permite desgravar las donaciones), y el segundo le entrega las llaves de la ciudad. El centro de Madrid permanecerá cerrado al tráfico durante una semana. El billete de metro y bus, el transporte popular, ha subido un 50%, quién sabe si para celebrar la visita papal, en una apuesta por el inmovilismo y la inacción, por las dudas que transmite la parálisis, por la confusión del letargo. Que no se muevan ni las palabras: la Biblioteca Nacional cerrará antes de tiempo “debido a los actos que tendrán lugar con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud”. No lean, no se muevan, no se amontonen, no bailen, no se manifiesten, no piensen, permanezcan atornillados a sus pecados, que precisamente para eso se han anclado 200 confesionarios de diseño al suelo del Paseo de Coches del Parque del Retiro.

Ni siquiera el pecado avanza, sigue siendo el original. Pero el cardenal Rouco, prodigio de tolerancia y modernidad, todo bondad, autoriza a los sacerdotes que confiesen en Madrid durante estas jornadas a levantar la excomunión a aquellas que se arrepientan de haber abortado. No dice nada el bueno de Rouco de otras absoluciones imprescindibles, por internas, para quienes hayan sodomizado monaguillos, negado el Holocausto, apoyado el golpe del 36, robado el patrimonio a los ciudadanos… Ante el pecado, el verdadero, lo mejor es permanecer inmóvil”