Como cada vez que se enfrentan el Bilbao y el Barça, dos equipos radicados en las dos insaciables comunidades autónomas separatistas, en la final de la copa del Rey, tenemos un problema vergonzoso y hasta ahora no resuelto: el himno nacional del Estado y su jefe son ultrajados, agraviados, denostados, ofendidos, deshonrados, faltados, injuriados, vilipendiados, zaheridos, escarnecidos, vejados, difamados, pitados, insultados, sinónimos que he visto recopilados por Juan Manuel Rodríguez en LD, 050315, sin que se actúe de ninguna manera.
Parece que este año y ante el nuevo escarnio nacional que se avecina, está habiendo movimientos. Así elpresidente de la Liga de Fútbol Profesional Javier Tebas, ha asegurado que tomaría la medida de suspender la final de Copa del Rey si se pitara el himno de España:
«No me parece bien que se pite al Rey y al himno. No está dentro de mis competencias, pero trabajaré en la medida de lo posible para que no sucedan hechos así. Por el hecho de que haya ocurrido otras veces no se puede convertir en una tradición. ¿Suspender la final? ¿por qué no?»
Esas competencias hay que buscarlas en el ministro del interior y en el jefe del Ejecutivo, tan preocupados últimamente en coartar todo tipo de libertades individuales en manifestaciones callejeras o, a partir de crímenes cometidos por hinchas fuera de los estadios, castigar duramente cantos corales ofensivos en los graderíos.
Está por ver que Rajoy, tan ocupado por tantos turbios asuntos que asolan a su partido, tenga agallas para reconvenir al vasco, Sr. Cardenal, Presidente del CSD, para que evite que se repita la violencia política de los aficionados independentistas catalanes y vascos que vayan al estadio con la intención de armarla lo más gorda posible contra los símbolos del Estado, ¿subiendo la megafonía? , ¿y qué postura adoptará el vasco Sr.Villar, Presidente de la Federación Española de Fútbol?. Me temo que se impondrá de nuevo el laissez faire, laiser passer. Nuestros gobernantes son así.
