El Santísimo Cristo de la Buena Muerte en Cibeles

cristo de mena y legionarios

el prendimiento

¿Quién dijo que la religión, o sus manifestaciones externas, estaban siendo perseguidas en España? El que haya dicho eso creo que falta a la verdad. No son visiones ni un calentamiento veraniego ni un espejismo  las reales fotos en que se ven  nada menos que al Cristo de Mena y a los Caballeros Legionarios y al trono de Jesús del Prendimiento desfilando ante el hotel Palace y por las calles y plazas más genuinas de Madrid: Neptuno, Cibeles, Paseo de Recoletos y Colón, calle Mayor, Puerta del Sol, Alcalá…e incluso cumpliendo el rito de “encerrarse” de madrugá. Y todo ello en pleno siglo XXI y bajo el gobierno del laicista radical Zapatero.

Les dejo unas líneas en que tal acontecimiento es descrito por el periodista y cofrade-pregonero de la Semana Santa de Málaga Pedro Luis Gómez: y donde cuenta que “se vivieron escenas de intensa emoción y sentimiento cuando el Cristo enfiló la calle a los sones de ‘El novio de la muerte’.”

“La escena, posiblemente irrepetible, de ver al Cristo de la Buena Muerte a hombros de caballeros legionarios junto al trono de Jesús del Prendimiento desfilando por las calles cautivó a Madrid en el traslado que ambas cofradías hicieron anoche en la capital de España. Una verdadera multitud siguió a las cofradías malagueñas que realizaron dos procesiones en el amplio sentido de la palabra, con una duración de más de cuatro horas en medio de la admiración general y una expectación como pocas veces se recuerda. Unas 2.500 personas formaron el cortejo de las hermandades malagueñas.

La plasticidad de lo que se vivió anoche en las calles del centro de Madrid supera todo lo imaginable. Pero tampoco podían dar crédito a lo que veían las miles de personas que presenciaban, admiradas y sorprendidas, el paso de las dos hermandades malagueñas por las calles de la capital de España en sus traslados.

El Santísimo Cristo de la Buena Muerte, portado a hombros por hermanos de la cofradía hasta Cibeles, donde fueron relevados por caballeros legionarios, fue el primero en iniciar el traslado, alrededor de las diez de la noche, desde la Catedral Castrense, donde se vivieron escenas de intensa emoción y sentimiento cuando el Cristo enfiló la calle a los sones de ‘El novio de la muerte’.”

 

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