En el día después de Mourinho

Se va dejando a la afición dividida, como ocurrió ayer, en que los aplausos y los pitos anduvieron muy mezclados. Se cerró su último curso sin que entrasen en las vitrinas del club trofeos de los grandes, lo que hay que achacar no solo a él, sino además a su multimillonaria plantilla y directivos del club, unos figurantes que andan más bien cortitos de lo que es el deporte rey.

 Tendiéndole un puente de plata no mencionaremos en esta ocasión los aspectos negativos de este luso que tanto ilusionó al madridismo –bastante lo hemos hecho  a lo largo de estos tres años- en compañía, según sus defensores, del grupo PRISA, acaudillado por dela Morena, sino a sus defensores, aunque en muchos casos lo hayan utilizado para atacar el statu quo del Real Madrid.

 Entre los futbolistas solo observamos a uno: Arbeloa se alinea con Mou:

“Ha sido un entrenador que ha pensado siempre antes en el Real Madrid que en él mismo. Ha ganado allá donde ha estado y es raro que, quizá la mejor plantilla que ha tenido, ha sido el sitio donde menos cosas ha ganado”.

 Así ve la despedida de Mou , J.Ruiz –el cortador de césped- en  La gala del difunto:

 “El Bernabéu se convirtió  en una plaza de toros, con el bombero torero. Peor. Un sainete de los hermanos Álvarez Quintero o quizá el «callejón del gato» de Valle-Inclán, con  un espejo cóncavo y otro convexo, que servían de esperpento para deformar las dos tendencias entre mourinhistas y, digamos, ‘casillistas’. Vivimos las galas del difunto, como en la obra de Valle-Inclán.

El espectáculo ‘in situ’ no es que fuera divertido, es que hasta podías reír según el espejo y como útil de metáfora. Para empezar, el Bernabéu se dividió cuando sonó el nombre de Mourinho. Siempre se dice que sólo hay pitos, pero éstos son más sonoros. Hasta en eso hace trampa parte de la prensa. Hubo, por tanto, muchísimos vítores y aplausos a ‘Mou’ y no sólo desde el Fondo Sur, como se dice, pero los silbidos siempre serán más sonoros. Recién iniciado el partido, el reo Mourinho no podía ni sentarse en el banquillo asediado por tres docenas de fotógrafos. Como si supieran que era el final de su ‘chollo Mourinho’. Ya se sabe que los dioses se convierten en personajes de sainete. Los fotógrafos sabían que perdían un muñeco favorito, convertido en barro.

Durante el lance, los del Fondo Sur no se desanimaron en vitorear el nombre de Mourinho. Cada vez que se producía un viva, una parte del público, inflexible, empezaba a pitar. Era el del espejo convexo. Pero enemigos de la libertad de opinión. Lo peor fue cuando Essien fue a agradecer a Mou su gol de cabeza. Los anti-Mou se enrabietaron como lobos  y querían la carne de su presa. ¿Cómo se había atrevido Essien a agradecer algo al reo difunto? Pero  a partir de ahí, los gritos a favor de Mourinho se fueron intensificando, a medida que los de los pitos decaían, se  cansaban.

Hubo insultos a los periodistas, a los que llamaban terroristas y a un radiofonista le mentaban hasta a la madre. Curiosamente, los silbadores se callaban. A los de la prensa no los defendían  ante los ataques de la turba. Hubo una gran pancarta muy «significativa» en la que se agradecía el trabajo del entrenador lusitano que luchó «contra viento y marea». Era la distorsión entre el mundo y real y la pesadilla…”  (…)

En EQM, se centra la atención en el grupo PRISA, atacando de paso a Iker Casillas:

“Ayer, los partidarios de Mourinho, es decir, más de la mitad de los socios del Madrid, volvieron a increpar a la prensa deportiva, fundamentalmente de PRISA, al grito de ‘periodistas terroristas’. Un exceso que refleja el linchamiento sistemático producido contra el portugués y, como consecuencia, contra el club blanco.

Esa misma noche, Alfredo Relaño, director de AS [PRISA], despedía a Mou diciendo que la placa que le regalaron los hinchas radicales del Madrid demostraba que el ya ex entrenador del club es un gamberro. Lindeza final de una temporada plagada de improperios que en nada tienen que ver con el fútbol.

Por otra parte, Florentino, el otro día, una vez desveló que Mou se iba, concedió una entrevista a José Ramón de la Morena, director de ‘El larguero’ [SER/PRISA] y que se ha pasado la temporada vilipendiando a Mou, en la que dejó caer la conciencia de que él tiene un problema con ciertos medios madrileños, contra los que utiliza a los sucesivos entrenadores, de un tiempo a esta parte, que le sirven de parapeto. Mou soportó la presión que su presidente jamás soportaría.

Ahora Florentino, que ha renovado su mandato sin oposición, tiene la ocasión de oro para echar a Iker Casillas, formidable portero de balonmano, que, siendo capitán del conjunto, ha permitido a sus cercanías el lujo de contar interioridades del vestuario, y de juzgar a futbolistas de la talla de C. Ronaldo.

Por  su parte  J. M. Rodríguez en El penúltimo raulista vivo, 010613:

“Sinceramente no creo que hoy empiece el postmourinhismo, conozco demasiado bien mi profesión como para afirmar tal cosa. Me atrevería a asegurar que si todo va deportivamente muy bien (ojalá) y Ancelotti, Heynckes o quien venga es capaz de ganarla Ligaola Championso ambas siempre habrá quien esté dispuesto a conectar el éxito blanco con la ausencia del entrenador madridista: «¿Ven cómo el Madrid era perfectamente capaz de ganar sin tanto jaleo?»; y, al contrario, si resulta que con quien se siente en el banquillo al Madrid le va muy mal (espero que no) siempre habrá quien esté dispuesto a conectar el fracaso blanco con el paso por aquí del entrenador madridista: «¿Ven cómo era cierto que la hierba no volvía a crecer después de Mourinho?»…

Pero hay algo aún más divertido. Me juego pajaritos contra corderos a que quienes afirmarán en su día una cosa o su contraria dependiendo de que se dé una situación u otra serán exactamente las mismas personas, de forma que le vaya bien o mal al Madrid siempre podrán sacar del cajón un argumento por el cual golpear bajo y en su ausencia al portugués. Hay quien establece con el Real Madrid una relación de comensalismo similar a la que tienen las rémoras con el tiburón o con la mantarraya”

(…) Por lo que yo sé, aunque puedo saber poco o sólo una parte del todo, Florentino Pérez habría tirado para adelante si José Mourinho hubiera decidido seguir, lo que pasa es que Mou tenía desde hacía tiempo la sensación de que su presencia ya era un problema para el club más que una solución y que los organizadores del safari no iban a apartar el dedo del gatillo.

En una primera fase el objetivo el «clan de los portugueses» y todo lo que pasara por allí: Coentrao, que era un maleta y que además fumaba en las fiestas; Pepe, que era un loco que desprestigiaba la imagen del club; Carvalho, que nadie se explicaba qué hacía allí; Mendes, Faría, Louro… Después iban a por Cristiano, que si era un chulo, que si era un prepotente, que si había costado un ojo de la cara, que si se escondía en los partidos importantes, que si se llevaba mal con los españoles… Más tarde a por Mourinho, y ahí la lista de agravios es interminable. Y ahora, desbrozado al fin el camino de malas hierbas, el objetivo es el gran elefante blanco.

Posiblemente no haya elecciones a la presidencia del Real Madrid porque únicamente acabe presentándose un candidato. Lo mismo sucedió la última vez, cuando Florentino no había fichado aún a Mourinho, y en aquella ocasión nadie denunció lo antidemocrático de la situación. Y, salvo en el número de años que un socio debe llevar en el club para presentarse, ampliado ahora a 20 en asamblea, el pliego de condiciones es exactamente el mismo y está todo profusamente recogido en la ley de sociedades anónimas deportivas.

El otro día dije en Real Madrid TV que a mí esos 20 años se me seguían antojando pocos y que yo los habría ampliado a 30: es la única forma de impedir que un paracaidista con la cara pintada e intenciones deshonestas acabe haciéndose fuerte en la sala de mandos, controlando las instalaciones y teniendo así libre acceso a la caja fuerte, el ultimísimo objetivo de una cacería que empezó… ¡con Pepe!…”

 

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