En torno al triunfo de La Roja

 Aunque el mundo futbolístico se haya rendido ante el triunfo de la selección española en la Eurocopa, incluso la derrotada Italia, a la que poco le falta para erigir un monumento a Casillas por su noble gesto en la final y Francia en la que ‘France Football’ pide el Balón de Oro para Casillas , en una parte del territorio español, en concreto Catalunya – que tan fabulosos jugadores ha aportado a la Roja– surgen voces discordantes, que mezclan el culo con las témporas, y que personalizamos en los arrapiezos Alfons Godall y Pilar Rahola, esta última jugando -con el cinismo y la verborrea que la caracteriza-  con varias barajas según sea su pagador y esté en su región o en la meseta dominadora.

El primero, ex vicepresidente del Barcelona,  ha llamado «mercenarios» y «apátridas» a los jugadores internacionales del Barcelona que el domingo se proclamaron campeones de la Eurocopa : «El estilo y los jugadores apátridas y mercenarios del Barça harán ganar a España. ¡Nos joderemos! La culpa es nuestra por no tener un Estado propio«. Antes del partido ya había pronunciado este personaje una frase ante el mundo, que recordarán sus hijos y nietos -si los hubiere- y que lo define: «Si pierde España, me hago un pajín».

La impetuosa y vociferante Rahola aporta al periodismo su rancia ideología en forma de estas memeces que se comentan por si solas:

«La alegría de la copa se acompaña de la exaltación de un Estado nación que para los catalanes resulta muy lesivo. Pedir que vitoreemos una bandera con la cual nos dan en el cogote, nos expolian fiscalmente, agreden nuestro idioma y, en definitiva, nos tratan como si fuéramos de segunda, es pedir mucho».

«La Roja es lamentablemente el símbolo de una concepción de Estado que sólo se imagina en un idioma y en una identidad, y cuya corta historia ha sido siempre, respecto a Catalunya, la crónica de una larga agresión. Ya sé que en este punto del artículo aparecerá el sonsonete de no mezclar política y fútbol, pero eso lo piden precisamente los que hacen un uso abusivo de los símbolos de Estado, en detrimento de las naciones que lo configuran».

«El juego ha sido espléndido (…) Pero de ahí a gritar «viva España» hay un largo trecho porque sería tanto como gritar «viva el expolio fiscal, el Constitucional que cercena el Estatut o el Supremo que lesiona el idioma».

Pero también podemos traer exagerados o fundamentalistas del otro extremo donde brillan con luz propia algunos chicos de la caverna, que llegan a mencionar a Carrillo y Zapatero:

Álvaro Martínez en Abc: “Porque todos son muy buenos. No, ni la ‘la Roja’ ni gaitas. Son la selección de España. El mejor equipo del mundo, que ayer estuvo con su Rey y que fue aclamado por su pueblo” y Tomás Cuesta: “La afición se descubrió patria. Sigue haciéndolo…”

Hermann Tertsch: “Un entusiasmo sin precedentes para un éxito sin precedentes. Que todo lo olvida y perdona por un tiempo. Pero tan frágil como la devoción por una bandera que sacan todos durante estos días. Pero de la que muchos sospechan durante el resto del año. Y tantos otros ignoran siempre salvo para estas fiestas. Una bandera que jamás sacan los partidos de izquierdas y los sindicatos en sus manifestaciones. Pese a estar definitiva e inequívocamente identificada con las victorias de nuestra democracia. Ellos siguen prefiriendo una bandera vinculada a nuestro peor pasado y al tormento de una derrota. Con el renacimiento de la cultura del revanchismo que trajo consigo Zapatero -nunca podrá pagar todo lo que nos ha hecho- la izquierda volvió a sacar del desván una bandera de la división que el propio Santiago Carrillo había enterrado en 1977”.

Salvador Sostres en El Mundo: “Nada está escrito y tenemos la voluntad y la fuerza para volver a multiplicar los panes y los peces. De esta fe estamos hechos y nuestra estirpe es de titanes. Nuestras vidas son efímeras, pero podemos hacer que nuestros días sean inmortales

Y La Gaceta, concluye “Una España desunida nunca podría dar lugar a una Selección futbolística de este calibre, porque ya es muy notable la relativa pequeñez de nuestro territorio cuando se compara con una cosecha tan extraordinaria de futbolistas”.

One comment

  1. Cuando uno observa que en USA, por insultar la bandera de las barras y las estrellas (no digo ya quemarla, como hacen con la rojigualda nuestros nazis de pacotilla y se quedan tan panchos) el sherif te puede pegar, como mínimo, cuatro tiros y las reclamaciones al maestro armero, pues eso, que Europa, tiene un cáncer nazzionalista, no sé si terminal, que puede acabar con ella. Es que no hay por donde cogerla. Penita pena.

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