Hace tiempo, y concienciado por las campañas en contra del maltrato a los animales encabezados por el toro y seguidos a mucha más distancia por aves arrojadas desde el campanario, patos al agua para ser recogidos con alborozo por alpistelados vecinos, escribimos una serie de entradas en el blog y hubo una denominada Los toros españoles temen la llegada del verano (1) , en la que se ponían algunos ejemplos de toros ensogados, toros con teas encendidas en los cuernos, toros asaeteados, todos perseguidos y picados por hábiles jinetes y un largo y triste etcétera que se culminaba con aquellos astados que acaban en el agua del puerto del pueblo de turno de la España profunda y en que algunos acaban ahogados, tortura esta última que no ha sido prohibida por el Parlament de la , de momento, Región Catalana aunque sí la lidia reglada en la plaza para así diferenciarse más aún de España.
Pero hete aquí que ha salido un toro respondón, Ratón, que está sembrando de pánico los pueblos en los que es contratado –su caché está llegando a los 50.000 euros por actuación- habiendo ya corneado con gran eficacia y matado a varios vecinos que se han puesto en su camino (hay compañeros suyos –algo que habrán visto ustedes en la tele- que rompen las barreras de protección, entran en el salón de la primera casa que ven y matan al anciano que está leyendo el periódico tranquilamente)
Pero les dejo a ustedes la descripción que de Ratón, “un toro resabiado de carácter sanguinario y asesino que se está convirtiendo en un animal mítico” hace Pérez de Albéniz en su Descodificador http://t.co/N34whLo:
“Un joven de 29 años ha muerto corneado en las fiestas de Xátiva Es la tercera víctima de Ratón, un toro famoso por su sangriento currículo: ya había acabado con la vida de otras dos personas en anteriores eventos populares, ganándose así un prestigio que le ayuda a protagonizar festejos, abarrotar plazas y llenar bolsillos. En el Telediario (TVE) ofrecen la noticia acompañada de las violentas imágenes de la tragedia. En el Mundo le sitúan en portada y le bautizan como “el toro asesino””. Según La Sexta, el caché de Ratón sube a medida que aumenta el número de víctimas, alcanzando ya los 15.000 euros por actuación. “Somos muy fans de Ratón”, asegura un taurino sin despeinarse. “Allá donde va, los empresarios doblan el precio de las entradas (de 6 euros a 12) porque saben que la plaza se va a llenar”, afirma orgulloso el propietario del animal. Muchos son los ayuntamientos que, de no estar completamente endeudados, pujarían por contratar los servicios del peligroso astado, sin duda mucho más necesarios para los vecinos que un nuevo ambulatorio o una biblioteca.
Bien es sabido que un pueblo que no echa el resto en las fiestas, que no respeta y apoya las sagradas tradiciones, ni es pueblo ni es nada. La contratación de Ratón es un éxito seguro, puesto que garantiza la afluencia de personal, el morbo y, con un poco de suerte, la sangre”
