Mal gusto como poco en Alsasua

 

Mal gusto como poco en Alsasua y extenderse en más consideraciones es ocioso. Es mejor aplicar a esta bufonada el certero refrán de que no ofende quien quiere sino quien puede y, en todo caso, lo curioso es que existan tantos payasos juntos y con tanta facilidad para el manejo de la svástica. ¿Por qué será? ¿No habrá bastantes connotaciones freudianas en estos hijos de la gran patria vasca, de momento una entelequia?

En Periodista Digital sacan sus consecuencias:

“¿Alguien tiene todavía alguna duda de que Bildu es la marca blanca de ETA? Alsasua, localidad navarra gobernada por los proetarras, se han choteado directamente de España, comenzando por la payasada de la burla al monarca y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Un vídeo colgado en Youtube –El discurso del Rey– refleja con todo lujo de detalles la bufonada que tuvo lugar el 3 de septiembre de 2011. Con un formato al estilo del NO-DO, rápidamente se pone el foco en el vecino del pueblo que fue escogido para parodiar al Rey Don Juan Carlos, así como las decenas de figurantes disfrazados de militares, guardias civiles y policías.

La idea era hacer pasar a ese monarca de pega como una especie de Franco, puesto que casi al final del vídeo, después de los viva a España, remata con el clásico «una, grande y libre». Finalmente un sujeto se descuelga de una pared para hacer aparecer una gran pancarta en la que ponía «¡Qué se vayan a hacer ostias!, en clara alusión a que no quieren ni a la Policía Nacional ni a la Guardia Civil.”

Y esta es la interpretación de José Mª Izquierdo:

“Unas imágenes bastante ridículas de las fiestas de Alsasua donde de forma bastante grotesca se parodiaba al Rey y a la Guardia Civil. O sea, parodias más o menos ácidas de curas, monjas, políticos, banqueros, guardias civiles y policías municipales como las chirigotas de Cádiz. Pero en abertzale. A La Razón podrá disgustarle muy mucho esta cosa de las chanzas con don Juan Carlos o las Fuerzas de seguridad, pero sus ofendidos directivos quizá debieran ver algunos programas de humor de las televisiones para observar que hace años, muchos años, que las parodias e imitaciones del Rey se suceden. En programas con millones de espectadores.

Y ya me dirán si es novedad hacer chistes de la Guardia Civil, que los hacíamos hasta en el franquismo. En privado, eso sí. Jamás apoyaré la grosería para hacer esas bromas de mal gusto, ya se lo digo, y las de Alsasua me lo parecen, por insultantes para mucha gente, y sobre todo por utilizar instalaciones municipales, si eso es cierto, pero la vida es así de dura. A quien hace el gamberro no hay por qué ahorrarle el calificativo de gamberro. Y tanta zafiedad va en contra de quienes la practican. Si la justicia cree que hay algún delito, que lo persiga. Pero dejemos las cosas en su sitio, que a lo mejor empezamos todos a describir el grado de salvajismo que nos podemos encontrar en tantas y tantas fiestas, tan caras a los biempensantes que no paran de regañarnos pero que a otros nos ofenden profundamente”