Malas compañías o liaisons dangereux

 Haber sido amigo o, como mínimo,  compañero de excursión en un yate de un narcotraficante y contrabandista, actualmente en la cárcel, no es la tarjeta de visita más deseable para alguien que es en la actualidad virrey de una de las comunidades históricas y dicen que  uno de los que más suenan como sucesor del cada vez más imprevisible Rajoy.

 La incómoda e inoportuna aparición de la foto está teniendo muchas interpretaciones, todas muy interesadas, como la de EQM, en Las fotos del franquismo:

 “- Jefe, ¿qué ponemos hoy en portada?

– ¿No tienes nada?
– Tonterías… la declaración de guerra a EEUU del gordo ese de Corea del Norte
– Entonces, saca la foto esa de Feijóo que tenemos en el congelador!
– Pero… si es de hace 20 años y detrás no hay nada!
– Sácala, que yo sé lo que me digo!

Qué curioso. El mismo día que le dan a Mariano en El Mundo, le arrean un mandoble a su posible sucesor, el Feijóo, en El País. Parece que quisieran que del PP quedara lo mismo que ya queda en el PSOE: nada. A la Corona, también le dan, por supuesto; de todos lados y todos los días. Como nunca. Destrozando el papel que debería seguir llevando a cabo en beneficio del interés general; los fondos reservados valen para el Gobierno pero no para el monarca.

Y más arriba no llegan, porque para unos no hay y para los que sí, de momento lo está parando Francisco, quien está haciendo ‘cosas que nunca viste’ y que no sabemos cómo acabarán.

Lo de Feijóo el pasado domingo en El País, fue de traca. El diario global y para Latinoamérica parecer preferir el túnel del tiempo: publicarás hoy aquello que ni siquiera fue noticia hace 20 años: Núñez Feijóo y el contrabandista. El lunes: La oposición cree que la vieja amistad de Feijóo con un narco lo inhabilita. Hoy martes:Las fotos de Feijóo con un ‘narco’ lastran su ascenso dentro del PP. Riego por goteo, sin agua. (…)”

El medroso amedrentado, Arcadi Espada en El Mundo, 020413.

 “ Unas fotos, antiguas de hace casi veinte años, del presidente del gobierno gallego con un hombre que cumple condena por narcotraficante y que era sospechoso entonces de dedicarse al contrabando de tabaco. Las fotos llegan a un periódico. El indicio de una buena historia, seguro. Si abres el angular de la toma, qué aparece; eso es lo que habrá que averiguar. ¡Pero quia! Ahí van las fotos ocupando la portada del domingo. Y por todo angular dos míseros parrafitos que sitúan la escena en el verano de 1995 y que el yate se llamaba Oratus.

Lo que se pregunta cualquier persona de bien: ¿y bien? ¿Las fotos fueron fruto de la amistad? ¿De la vida social? ¿Qué logró el entonces presunto contrabandista de su relación con aquel joven alto cargo del ministerio de Sanidad? ¿Qué logró Núñez Feijóo? Pero no hay nada. Las fotos aparecen flotando, sin pie, en el puro limbo (…)

 Amistades de Manuel Jabois en El Mundo, 020413. Vía e-pesimo.

 “¿PUEDE un presidente dela Xuntaser íntimo de un capo? Naturalmente. Si son amigos de la infancia, el capo no le dirá al presidente nada que pueda comprometer a su amigo y el presidente se cuidará de evitar detalles de su gestión que conviertan al capo en cómplice, yo qué sé, del copago. El de la amistad no es un asunto que se pueda arreglar en términos de honorabilidad de puertas afuera ni la política es como la monarquía, que debes renunciar a la corona para casarte con una americana celosa de Marilyn Monroe. Un amigo no se deja nunca salvo que te robe el dinero o la mujer, y eso depende de la mujer.

La comparecencia de Feijóo de ayer fue un desastre por muchos motivos, el mayor de todos abjurar de Dorado. Efectivamente no es un amigo de la infancia y cuando lo conoció sabía a qué se dedicaba (Feijóo es demasiado inteligente para alegar ingenuidad), pero ya pillado pudo haber dicho que más allá de sus sospechas él su vida privada la gestiona como le parece; quizá Dorado sea un tío seductor, desprendido y un pedazo de pan. Tener un amigo delincuente a veces sólo depende del delito. Y en España, del Rey para abajo, todo el mundo tiene uno; la cosa es no exhibirlo.

Feijóo pudo haber aprovechado la ocasión para buscar una coartada que se pareciese a la verdad: le cayó bien y estaba cómodo con él, se gustaron rápidamente y el político prefirió pasar por alto sus miedos públicos; no dudo de que le atrajesen también sus millones, pues no veo a Feijóo yendo a esquiar con un camarero. Tampoco lo dejó cuando se enteró, porque Dorado llevaba en los periódicos desde el 90, sino cuando se oficializó su reputación, lo cual dice mucho del político y poco del amigo.

¿Rompió Quintana su amistad con el empresario Jacinto Rey cuando unas fotos sirvieron a Feijóo para pedir su dimisión? No. Porque las fotos son sólo eso, fotos. Eso sí: perdió las elecciones”

 Feijóo: mira quién salta, de Davis Torres

“Si uno observa atentamente la foto de Feijóo con Marcial Dorado en la cubierta de un yate, advertirá inmediatamente un churrete de crema solar en la espalda del futuro presidente dela Xunta. Sóloeste detalle bastaría para poner en duda la supuesta amistad íntima entre el político y el narco. Dos amigos, cuando lo son de verdad, se untan lo que haga falta, hasta aftersun. Eso aparte de que Feijóo guarda una considerable distancia de seguridad con el otro veraneante, doblando el cuello hacia la cámara como si le dijera al fotógrafo con décadas de antelación: “Ojito con el encuadre, que corra el aire. No vayan a pensar mal”

Feijóo ya ha desmentido que hubiera cualquier clase de amistad entre los dos (“ni estrecha ni ancha”), algo que no sorprende demasiado porque los políticos carecen de amigos, salvo que estén en campaña electoral. Por eso la soledad del poder les obliga a rebozarse el lomo de crema protectora a ciegas, al tuntún. Pero si no había ningún cariño entre ellos, ni mucho menos negocios ni arreglos profesionales, no se entiende muy bien cómo es que pasaban tanto tiempo juntos. Sin estar todavía apuntados al Imserso, iban lo mismo al mar que a la montaña, a la nieve que al sol. Hacían tantos viajes y se retrataban tantas veces que Feijóo ha llegado a confundir los Picos de Europa con Andorra en el álbum de fotos. “Había nieve” dice explicando el lapsus geográfico. Para no tener ni idea de quién era Dorado ni conocerlo de nada, la verdad es que compartieron un montón de recuerdos y vivencias. Sólo casándose con él hubiera podido ignorarlo más. (…)

 Las fotos de Feijóo y Dorado alientan nuevas sospechas de financiación ilegal en el PP, ANA PARDO DE VERA

“Las amistades peligrosas del actual presidente dela Xuntacoinciden con la etapa del imputado enla Gürtel PabloCrespo al frente de la financiación de los populares gallegos. Rajoy fue presidente de AP de Pontevedra y dela Diputaciónprovincial en pleno apogeo del contrabando en el que estuvieron implicados alcaldes y dirigentes conservadores.

Sin embargo, el «hecho» que se le ha presentado ahora en forma de fotografías con el narcotraficante Marcial Dorado y aunque sean de «hace casi 20 años» -como él se ha esforzado en recordar una y otra vez en su rueda de prensa de ayer-, se trata de otra vuelta de tuerca de un clásico de la política gallega que comienza ya en la transición: la relación entre el narcotráfico y AP-PP o, lo que es lo mismo, la convivencia -identificación, en muchos casos- de los capos del contrabando de tabaco y el tráfico de drogas con los políticos conservadores liderados por Manuel Fraga antes de ser éste relevado por Feijóo”

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