Muere Carlos Castilla del Pino, en el franquismo «el psiquiatra rojo»

castilla del pino

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Este gaditano de San Roque, escritor y psiquiatra eminente, que ha muerto a los 86 años, ha desarrollado en Córdoba gran parte de su carrera y en donde, según dice hoy un ciudadano anónimo, era un referente de la salud mental de los cordobeses, de manera que aún pervive la frase de “Este está para llevarlo a Castilla…”:
Desde 1949 y hasta su jubilación, en 1987, fue jefe de los Servicios Provinciales de Psiquiatría e Higiene Mental de esa ciudad y por sus consultas han pasado más de cien mil pacientes.

Antes había cursado  en Madrid la carrera de Medicina, y sus comienzos estuvieron vinculados al doctor López-Ibor y los Departamentos de Neuropsiquiatría, en el Hospital Provincial de Madrid, y de Neuropatología, en el Instituto Cajal, mereciendo durante el franquismo el calificativo del “psiquiatra rojo”, razón por la que no pudo obtener en 1960 la cátedra de Psiquiatría y tuvo que esperar hasta 1983 para que le concedieran la cátedra extraordinaria de Psiquiatría y Dinámica Social en la Facultad de Medicina de Córdoba: de este hecho se estuvo doliendo toda la vida.

Además de su profesión, en la estela de los grandes médicos que además eran grandes humanistas, es autor de numerosos ensayos e investigaciones relacionados con la neuropsiquiatría, además de dos novelas, Discurso de Onofre (1977) y La alacena tapiada (1991, méritos que le valieron el ser nombrado académico de la Lengua en donde ocupó el sillón Q.

Es autor de numerosos ensayos, entre ellos Un estudio sobre la depresión. Fundamentos de Antropología dialéctica, Dialéctica de la persona, dialéctica de la situación, La alienación de la mujer, La culpa, Sexualidad y represión, Introducción al masoquismo, Teoría de la alucinación y El delirio, un error necesario, galardonado con el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, 1998.

Fue militante comunista e intervino activamente en algunas polémicas como cuando en 1993 fue uno de los firmantes de un manifiesto en favor de Felipe González y, en 1996, de otro contra la inclusión de José Barrionuevo como candidato en las elecciones generales de ese año.

Juan Cruz le hace hoy en El País una semblanza necrológica, de la que destacamos:

“…Cuando muere alguien de esta edad, y de esta experiencia, profesional, humana, intelectual, puede decirse que en efecto muere un tiempo, una manera de afrontar la realidad, de vivirla y de sufrirla, con todas las contradicciones, frustraciones y esperanzas que tuvieron en España las personas de su edad y de su actitud. Carlos Castilla del Pino fue un hombre de muchas facetas, entre las cuales sobresalió últimamente la faceta del hombre que recuerda. Su libro de memorias, La casa del olvido, le dio oportunidad de ordenar su experiencia al tiempo que ordenaba su tiempo, que era el de mucha gente que, como él, había sufrido la intolerancia religiosa, la intolerancia política, e incluso la intolerancia académica”

La larga etapa del franquismo marcó a quienes habían estudiado o aprendido bajo un régimen que marcaba a los jóvenes con la posibilidad de hacer con su libertad lo que estimaran oportuno; la dictadura cerró esa posibilidad, y causó la larga frustración que él narra en ese libro, y que estaba presente también en su mirada, irónica o huidiza, juvenil o desesperanzada.”

Castilla tenía una voluntad barojiana, omnicomprensiva, se quería acordar de todo. Fijarlo todo para que quedara no exactamente en el olvido, pero sí en el archivo del tiempo. Recomiendo volver a sus memorias, son circulares y centrales, ayudan a entender una figura que ahora se hace insustituible para reconstruir el pasado tachado de España. Su manera de ver fue esquinado e independiente; vamos a echar mucho de menos estas perspectivas.”

One comment

  1. Escribe tu comentario aquí.CARLOS CASTILLA del PINO fue, a pesar de sus origenes carlistas, en San Roque,su padre era el Alcalde y el propietario de la empresa de suministro de aguas del campo de Gibraltar, fue un gran psiquiatra ( que no psicólogo, que son todos de pacotilla) un buen escritor, un político “amateur” inmaduro y acomodaticio tras la transición, un muy mal padre( varios hijos suicidados por desamor) y muy “ardoroso” de si mismo.Contradictorio.Su primer libro de memorias, “Preterito pluscuamperfecto” es muy supèrior en sinceridad al segundo, “La casa del Olivo” en donde no es totalmente sincero en algunos casos, que oculta de forma farisea.Sobre todo su separación y todo lo referente a su segunda pareja.
    Salud, y su obra queda, “Teoria de los sentimientos” muy bueno,” La culpa”, “Ensayo sobre la depresión” que es excelente, “Psicoánalisis y marxismo”, no gram cosa,”Dialetcica de la person, dielectica de la situación»…etc.

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