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Vaya por delante que el término que acuña Martín Prieto en El teatro furioso del noreste ya lo empleamos hace unos años refiriéndonos a la megalómana –por mor de sus políticos- comunidad autónoma que ocupa ese enclave geográfico de España:
Hecha la precisión de que ya todo está usado e inventado, incluso lo de los autosecuestros, hablamos del controvertido personaje en que se ha convertido la omnipresente Pilar Rahola, cualidad cuasi divina que le proporcionará a esta conocida escribidora catalana pingües beneficios, ahora con motivo de la presentación de su libro del que se hace eco Martín Prieto, amén de su diagnostico del independentismo, del que Rahola es una entusiasta propagandista, cobrando, eso sí, por todo ello:
“Cuentan que mi querida Pilar Rahola aspira a ser portavoz de la I República Catalana, y es que todo es posible cuando sopla la tramontana,(según la creencia popular cuando suena la tramontana la gente se vuelve loca.Algo similar a lo que ocurre en en el suroeste cuando “viene” el levante, un aire también “muy difícil”)
El enésimo independentismo catalán siempre fue muy dado a la representación, al teatro furioso o al pánico de Fernando Arrabal. La Fura dels Baus tenía que nacer en el Noreste como Els Joglars de Albert Boadella habían de acabar en la meseta.
El independentismo es pulsión o compulsión, federación o confederación. Es el benaventiano tinglado de la vieja farsa y los nuevos intereses creados. Pese a toda la tramoya que se está organizando tras las bambalinas Cataluña no va ser un Estado independiente, al menos en lo que queda siglo, y para el siglo XXII tanto nos dará que hayamos parcelado España vendiéndola a los chinos.
Se desconoce la fuerza legal que posee el Gobierno legítimo de la Nación para hacer cumplir la Ley, sin recurrir al Estado de Alarma y la militarización de los controladores áereos como hizo Rodríguez Zapatero con su ínclito Pepiño Blanco. Si Artur Mas y su extraño séquito emulan a Maciá y Companys ni siquiera irían a la cárcel a menos que el Tribunal Supremo obrara de oficio. No penarían por sedición sino por malos actores sobreactuados”
Y hablando de actuación, la última de Rahola –Francisco Marhuenda y Pilar Rahola, estos dos seres antitéticos, se ‘tiran de los pelos’ en la radio– referida al máximo vocero y pelota de cierta derecha española:
«Este señor se fue con el rabo entre las piernas incapaz de justificar por qué había en su portada un grupo de extrema derecha, un candidato de los cuáles era el asesino de Guillem Agulló. Ahora, lo único que puede hacer Marhuenda es hacer el chulo para televisiones españolas porque a nosotros nos evita. ¡Paco Marhuenda eres un cobarde, eres un cobarde!»
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