Rafa Nadal y su 8ª Copa de los Mosqueteros: acotaciones

Todo el mundo se alegró el domingo de que Nadal ganase su 8º Roland Garros y que batiera innumerables récords, todos relacionados con el tenis. También muchos se entristecieron de que el formidable Ferrer fuese derrotado, pero así es el deporte, solo puede ganar uno. Debemos estar por tanto muy orgullosos de tener una figura deportiva de esas dimensiones, aunque lógicamente y como ser individual él es el primero que se habrá alegrado de agrandar su gloria deportiva adobada con un trofeo y millón y medio de euros antes de impuestos y un reconocimiento a escala planetaria, algo que lleva largos años produciéndose:

El tándem Nadal-Federer según Borg

La grandeza de Nadal incomoda de nuevo a la “grandeur” en Paris

Pero deberíamos dejar a un lado el chovinismo y reducir el fenómeno a sus justas proporciones y no caer en triunfalismos desmesurados, como hace La Razón:

 Rafa Nadal forma parte de esa excepcional vanguardia que nos sitúa en posiciones de privilegio en tiempos en los que necesitamos motores e incentivos para salir del bache. Ellos son la mejor marca España. Nos dan notoriedad y reputación como país cuando más lo necesitamos. Como con acierto apunta el alto comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, en La Razón, ‘todo lo que beneficia a la reputación de un país se traduce en consecuencias económicas’. Así es. Desde los poderes públicos toca aprovechar este capital único, preservarlo y potenciarlo más si cabe para que esta edad de oro no escriba un punto final, sino un punto y seguido tras los Nadal, Gasol, Casillas, Alonso y tantos otros”

Pero no solo el derechista Paquito Marhuenda intenta apoderarse del esfuerzo deportivo de Rafael Nadal. Otros lo hacen de una forma aun más ridícula, caso de  El Punto Avui, el de los països catalans, diario catalanista subvencionado por la Generalitat de Cataluña, que se agarra al clavo ardiendo de la final de “parla catalana”. Seguro que estos iluminados  sufrirían el domingo un fuerte choque anafiláctico al ver las lágrimas apenas contenidas de Nadal cuando la bandera española, ayer y hoy dominadora de sus “països”, era izada.

En el blog EQM es glosado el detalle:

Catalunya, més que una nació … esportiva.

El pasado sábado, El Punto Avui, diario catalanista subvencionado por la Generalitat de Cataluñatitulaba en portada que la final entre el mallorquín Rafa Nadal [Manacor, 1986] y el alicantino David Ferrer [Jávea/Xabia, 1982], era una ‘final en habla catalana’. Ya en interiores, el texto explicaba que era la tercera final en catalán, después de los duelos de 1998 –Moyà [Mallorca, 1976] & Corretja – y de 2000 -Costa & Ferrero [Onteniente/Ontinyent, Valencia, 1980]-, pero su titular exhibía, finalmente y con rotundidad, la estupidez más deseada por los pancatalanistas: Final catalana.

Por cierto, fue una gozada disfrutar de esa final, sin una sóla distorsionante bandera catalana, repleta de símbolos de España, con alocuciones de Nadal y Ferrer en español y la presencia del Príncipe de Asturias, acompañado por el ministro Werty flanqueado por los Presidentes de las Islas Baleares y de la Comunidad Valenciana.

Y después, estos imperialistas del catalanismo se quejarán de la repugnancia que despiertan entre sus ‘hermanos menores’. Sí, esos que carecen de suficiente ‘singularidad’ y que, en palabras del bamboleante Herrero de Miñón el domingo en El Mundo, no pueden aspirar a la asimetría que perseguía, en nombre del nacionalismo, el patriarca de los Pujol.

No es casual, por tanto y afortunadamente, que el PP en la Comunidad Valenciana haya abierto, de nuevo, el grifo del sentimiento anticatalanista, mientras los socialistas se vuelven a quedar descolocados. Es que lo ponen a huevos”

 

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