Sobre la funesta manía de no leer

 

Al parecer vivimos en un país donde el 35% de los ciudadanos no lee «nunca o casi nunca». En el último cuatrimestre las ventas de libros bajaron un 7,4 %. Vivir sin leer es vivir a medias, es malvivir. Sin leer se vive peor, pero sobre todo se piensa peor. Y justo ahora lo que más necesita nuestra sociedad son ciudadanos que piensen. Todo lo contrario del pensamiento de algunos gobernantes: a más ignorancia de la población, a menor desarrollo de la inteligencia a través de los libros, más facilidades tendrán para embaucarlos, para engañarlos una y otra vez.

En cambio podemos observar que lo que le ofrecen a través del poderoso medio de la televisión es auténtica bazofia. O cantidades ingentes de eventos deportivos encabezados por el auténtico y moderno opio del pueblo, el fútbol. Si resucitara Marx  sustituiría sin dudarlo un momento la religión por el arte de darle patadas a una pelota por la que muchos hasta matan  o se vuelven energúmenos.

Debemos por lo tanto desobedecer al gobierno y leer algo más, aunque sea a través de los libros electrónicos, muy útiles por lo demás, muy manejables y bastante más baratos y sin perder el respeto a los de la vieja escuela, es decir a esas minorías que siguen yendo a las librerías y y a las que sienten el gusto milenario de acariciar el papel con los dedos.

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