Pero tampoco esto es posible a no ser que
-«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.»
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo:
-«Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.»
Génesis 1, 26-28
Y si esto dice
Todo esto venía a cuento porque un concejal empleaba hasta la extenuación la redundante distinción genérica entre foreros y foreras, todos y todas, ciudadanos y ciudadanas, etc., pero no debemos insistir a escala local sino tirar por elevación hacia los que dan malos ejemplos en instancias superiores e incluso presiden comunidades autónomas, así oímos de una manera constante e inmisericorde decir los vascos y las vascas, los andaluces y las andaluzas y a nivel provincial he oído más de una vez a doña Marisa B.: malagueños y malagueñas con gran contumacia. Y lo malo es que vienen más pronto que tarde tiempos de mítines y nos enteraremos de nuevo de lo que vale un peine con los discursos que nos endilgarán (andiñarán, en el pueblo del concejal). Aunque quien abrió el melón, no sucesorio, sino de estos dislates, fue la cónyuge (¿cónyuja?, si respetamos la articulación velar del varón) de un expresidente del Gobierno de España, de acento andaluz, que se dirigía a los jóvenes y a las jóvenas. No creo que si ella recuerda el caso le haga gracia ahora.Quién sabe.
El pobre ejemplo cunde hasta el punto de que los crímenes que se cometen contra la mujer se llaman “violencia de género” como si el género femenino no fuese capaz de matar también aunque con mucha menor frecuencia.
En fin, dejémoslo estar ya no sea que cualquier feminista reconvertida nos acuse de ser partidarios del lenguaje sexista: empiecen por cambiar
AVL