Memoria Histórica: Una apología del general Yagüe (1892-1952)

Franco con Yagüe

Consideramos que este general fue un elemento muy activo en la Guerra Civil del 36 y por tanto cae de lleno en la Ley de Memoria Histórica -fue derribado el monumento que tenía en su pueblo natal San Leonardo, Soria-, que el libro de Luis E. Togores Yagüe, el General Falangista de Franco es una clara apología del personaje por lo que al final también expondremos otras opiniones distintas.

Togores  afirma del general que era muy duro en la guerra, pero luego en la Paz se comportó casi como una Madre Teresa de Calcuta aunque fue considerado uno de los militares más duros del franquismo y responsable directo de la matanza de Badajoz acaecida en los primeros días de la Guerra Civil. Desde entonces, a Yagüe se le conoce como El Carnicero de Badajoz. Opinamos en todo caso que ese título tan poco honorífico debería compartirlo con Arias Navarro al que durante su estancia en Málaga como fiscal también llamaron Carnicerito de Málaga, lo que no fue óbice para que después nos diera el día, 20-N del 75, con sus televisivos sollozos.

Togores, profesor del CEU, asegura que “predicó la reconciliación nacional, ayudaba a la gente de los dos bandos y estaba convencido de que los rojillos podían conocer la verdad”, “en combate era duro durísimo, pero luego también tenía su corazón… Fusilaba a unos y después se agarraba a una pelea para que no fusilaran a unas milicianas”,  “un militar azul que hizo grandes acciones durante la guerra para la reconciliación nacional, y también a nivel personal”.

Y sobre los fusilamientos masivos en la Plaza de toros de Badajoz: “Lo de la Plaza de toros de Badajoz es propaganda de guerra. El que se lo crea es que o lo quiere creer, o es memo. Son cosas ridículas” Reduce los fusilados a 1.500 o 2.000 personas. Una cifra también muy elevada, que considera “penosa” pero que justifica porque “las guerras civiles se hacen para eso, para eliminar al enemigo”. En la represión jugó un papel secundario: “Sólo se encargó de la primera represión, en especial de los milicianos que fueron capturados con armas en las manos, a los que se fusiló sobre el terreno”. Y no le dio tiempo a fusilar a más “porque tuvo que marchar rápidamente a continuar el avance hacía Madrid”. De este modo, habrían sido “los falangistas los que llevaron el peso de la represión”.

Sin embargo esas cifras el propio general Yagüe la dobla según confesó al corresponsal de guerra John T. Whitaker: “Claro que los fusilamos. ¿Qué esperaba? ¿Suponía que iba a llevar 4000 rojos conmigo mientras mi columna avanzaba contrarreloj? ¿Suponía que iba a dejarles sueltos a mi espalda y dejar que volvieran a edificar una Badajoz roja?”.

Frente al apologista Togores se sitúa Paul Preston que afirma que Yagüe fue responsable directo de al menos 4.000 fusilamientos en Badajoz. Para ello, se apoya en muchos de los testimonios directos que padecieron en primera persona la masacre. Y los historiadores Francisco Espinosa, Ian Gibson, Julio Aróstegui, Mirta Núñez, Julián Casanova, Josep Fontana, Paul Preston, Hilari Raguer, Alberto Reig Tapia, Ángel Viñas y Helen Gram también sostienen:

«Es posible que Badajoz sea la ciudad en que en relación con su población un mayor número de personas fueran asesinadas a consecuencia del golpe militar y de la masacre tras su ocupación (…) Las blanquísimas tapias del cementerio fueron una de las primeras evidencias ante el mundo de la política de exterminio programado»
También de Yagüe afirma Ian Gibson que su crueldad no se limitó a Badajoz :
“Madrid será diezmado. De su millón de habitantes perecerá la décima parte. Así fue decidido por Franco, Mola, Gil-Robles y consortes. Yagüe, el monstruoso Yagüe, el de los ametrallamientos en la plaza de toros de Badajoz, y su segundo, el feroz Castejón, son los encargados de llevar a cabo la bárbara carnicería. Tienen ya una larga experiencia. Recordemos las palabras pronunciadas por Yagüe cuando los falangistas de Badajoz le felicitaban por su idea de matar desde los tendidos del circo taurino de la ciudad extremeña a los dos mil hombres, mujeres y niños, presos allí por sus hordas: `Esto ha sido un ensayo, que repetiré en mayor escala en la plaza Monumental de Madrid´”.

4 comments

  1. El autor del artículo es requerido para que también escriba obre Carnicerito d Paracuellos. Gracias.

  2. Todo el parrafo que situas al final entrecomillado, pertenece a un articulo de la voz de diciembre del 36.
    Era una arrenga a la defensa de Madrid, logicamente exagerando para la propaganda.
    Pero en fin, seguir a lo vuestro, repetir mucho las mentiras, que así la gente se las cree.
    Valiente basura de articulo sin documentar.
    Busca el articulo original del periodista portugues, en el cuenta que no llego a la plaza por la cantidad de bombas sin explotar que había alrededor (se conoce vulgarmente como «acojonamiento»), que regreso al día siguiente y más de lo mismo, y lo que relata es una batalla cruenta, no fusilados a miles, con muertos en los alrededores, no amontonados a cientos.
    Búscalo y te le lees, leer es bueno (bueno, en los países socialistas solo lo permitido). Luego en los 80 vienen a un reconocimiento y cuenta la batallita del abuelo.
    De corresponsal de guerra, ha que cuando vivió la primera batalla quería que lo sacaran de aquí a la carrera.
    Que hubo represión, SI, que se pasaron, tambien. Dos mil muertos las cifras más altas. Pero no hubo una fiesta en la que se encerro a hombres, mujeres y niños y se les ametrallo sin piedad hasta pasar los cuatro mil en dos días.
    Seguiria, pero es para nada, un saludo.
    Y que VIVA ESPAÑA

  3. La guerra no le gustó a los muertos, y la historia no es para que le guste a nadie, sólo se trata de evidencia precisa y verídica en el registro cultural; se trata de un compromiso sagrado para las próximas generaciones, quienes son los acreedores a la verdad, y nosotros, somos los deudores. Si les mentimos a nuestros descendientes, ellos vivirán en la fantasía, y nuestras vidas no habrán sido de ningún provecho para nada, ni para nadie.
    La memoria ahora se cubren con la bruma del olvido, pero los sentimientos siguen vivos. No se sabe con ninguna certidumbre cuantos hombres cayeron, pero sí se sabe que fueron víctimas de un momento de cambios filosóficos y políticos extraordinariamente radicales entre odios explosivos. Ha pasado el tiempo y ya no somos los mismos. Ahora son otras generaciones las que han heredado ese odio agrio de la memoria ya ungida de fantasmagoría. No son, ni unos ni los otros los buenos o los malos, pero somos todos nosotros las víctimas de ese odio añejo de solera arraigada. No hay vacuna para el odio, sólo intelecto, y no es fácil aceptar la responsabilidad de la realidad.

  4. Pues no pasa nada, oye. ¿Que se cargó a 4000?. Pues a más se cargó Franco. ¿Que lo defienden y niegan que se hiciera la matanza?. También hay impresentables que niegan el Holocausto judío. Siempre hay hijos de mala madre en todas las naciones

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