La grandeza de Nadal incomoda de nuevo a la “grandeur” en Paris

nadal, 6º roland garros

Ayer de nuevo Rafa Nadal, tozudo, volvió a infligir un duro castigo al chauvinismo y grandeur franceses arrebatándole en sus propias narices uno de sus símbolos más preciados, el Roland Garros de tenis por sexta vez en siete años. El otro ya se sabe que es su Tour, que todos los años se lo lleva un español: también es cosa de españoles que desde Indurain a Contador  no les dejan ni las migajas, por mucha política rastrera que hagan inventándose cosas, y es que, como dice el pueblo, la envidia es mu mala.

Aunque llueve sobre mojado no fue de recibo que el público de la pista central, la Philippe Chatrier, acompañara con pitos la exhibición de maravilloso tenis que el caballeroso Nadal, el mismo día que igualó al mítico Borg, nos ofreció.

A pesar de la incomprensión del público gabacho, hooligan en toda regla, que tanto tiene que aprender del comportamiento y deportividad del inglés de Wimbledon, Nadal, que es todo menos un cínico, aunque cualquiera sabe lo que pasaría por su cabeza en esos momentos, le da la siguiente lección al espectador chillón:

«Quiero dar las gracias a todo el público y toda la gente que hace posible este torneo y que permite que pueda ser el mejor torneo del mundo»

Algo que ha llenado de admiración a otro vencedor en el campeonato del mundo de tierra batida, a otro ganador de la Copa de los Mosqueteros, a Carles Moyá:

«Admiro que a Nadal le queden ganas de dar gracias al público»

El periodista Roberto Palomar abunda en lo mismo:

«A Nadal le ha faltado en la despedida final cuando ha agradecido al público el apoyo, también pedirle perdón a todo el público francés» […] Si estuviéramos hablando de un deportista que gana pero que es soberbio y no tiene un gran comportamiento, se puede entender, pero estamos hablando de un chico modélico que no le ha hecho nada a París y sin embargo son seis Roland Garros con el público en contra».

 

 

 

 

 

 

3 comments

  1. Escribe tu comentario aquí.
    Querido Alfonso:

    «Infringir».

    Un abrazo:
    J. Palacios

  2. Querido José:

    Efectivamente lo que hizo el gran Nadal fue infligir un duro castigo al orgullo francés. En todo caso en cierto modo infringió esas leyes no escritas de algunos países que se creen superiores por vivir más al norte. Acordémonos de las Olimpiadas de Berlín.

    Revisaré el texto y muchas gracias por haber puesto el ojo en él.

    Un abrazo

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