La lucha contra ETA y la jauría mediática (2)

cesar vidal-pio moa

Aún a sabiendas de que el asunto ya comienza a ser nauseabundo – no me extraña que la gente prefiera post más divertidos, como Va tomando cuerpo la caravana de “palomos cojos” hacia Badajoz – entro por segundo día consecutivo en el tratamiento que cierta prensa está dando a las fallidas negociaciones –como todas las anteriores- con la banda terrorista ETA y que no son sino un fiel reflejo de cierta parte del partido que próximamente nos va a gobernar, es decir, al ala más dura y que por supuesto no consiguió acabar con los terroristas. Esperemos que se imponga el buen sentido y se hagan finalmente con el poder en el partido las facciones más moderadas, más modernas o europeas y no aquellas representadas por Mayor Oreja y su caricaturesco mentor el exlíder, gran estadista, Aznar.

Les voy a resumir parte de los vituperios que esos periodistas, o por los menos escribidores en periódicos, lanzan, metidos de lleno en un torbellino enloquecedor de insultos, contra el Gobierno que fue apoyado por dos veces por 11 millones de españoles, al que consideran muy por debajo de los asesinos de ETA en cuestiones de ética o de decencia, llegando en algunos casos, como el culto latiniparlo César Vidal a incurrir en lo más zafio al decir que  “José Luis Rodríguez Zapatero le bajó los pantalones al Estado de Derecho para que la banda de los terroristas de ETA lo sodomice”.  Y siguiendo con su obsesión sexual -¿qué le pasa a este tío?- afirma: “A mí todo me parece enormemente grave, pero hay un hecho central, de una gravedad tremenda, que en cualquier país provoca una caída de Gobierno (…) Es la prostitución absoluta de un poder político, pervirtiendo el aparato del Estado (…)

Pero abróchense los cinturones para poder soportar lo que dice el terrorífico exterrorista Pío Moa, donde curiosamente también se pone de parte de la banda:” La ETA dice la verdad y el Gobierno miente, esto puede afirmarse a ojos cerrados”.  “Que tenemos una casta política mafiosa y delincuente es algo que salta a la vista: es corrupta económica e intelectualmente, supedita los intereses de la nación a los de sus partidos (…) colabora con el terrorismo, se burla de la ley, ha acabado con la Constitución y el Estado de Derecho, arruinado la independencia judicial, facilita un proceso de descomposición de España por todos los flancos: Gibraltar, Ceuta y Melilla, nuevas ‘naciones’ y ‘hechos nacionales’, etc. Los dos grandes partidos, en especial el PSOE, tienen un historial delictivo impresionante, incomparablemente más dañino que el de cualquier delincuente común: en cualquier país serio sus jefes habrían ido a la cárcel hace tiempo”

Contemplen también al desbocado Losantos:
 “José Luis Rodríguez Zapatero es el que lleva toda la negociación con la ETA en 2006 y se arrastra, pero como una babosa política, a los pies de la banda criminal. Para que la banda esté contenta, esté confortablemente asentada, como un igual que el Gobierno de España, cambia de ministro del Interior y pone a Rubalcaba, que debe el puesto a ETA, porque  sino a lo mejor no lo habrían puesto, no, para espiar a todo el mundo…”.  “Antes y después de la Revolución Francesa el Gobierno ZP habría acabado en la guillotina. En la revolución americana, anterior y mejor que la francesa, Washington se habría limitado a fusilarlos por el mismo delito de alta traición: colaborar con los enemigos de la nación y atentar contra sus conciudadanos en vez de defenderlos, como juraron al asumir el cargo. Contra el peor delito político sólo cabe la máxima pena, aunque pueda conmutarse el paredón, la horca o el garrote por la cadena perpetua”. Ya sabe ZP, con Losantos en un hipotético gobierno a lo más que podría aspirar es a la perpetua.

Al lado de estos los demás son pánfilos monaguillos que están haciendo méritos para situarse bien en el pelotón principal de la infamia como José María Carrascal  “¿Hay que creer a ETA? Déjenme decírselo de esta manera: hay que creerla más que al gobierno Zapatero” o Juan Morote: «Rubalcaba tiene una gran propensión a la mentira: es prácticamente imposible saber si en algún momento siente pulsión de decir la verdad. Tan cierto como lo anterior es su tendencia a la demagogia, y no menos comprobada es su inclinación a asumir el papel de ventilador en medio de un estercolero (…) El sustituto in pectore de Zapatero representa lo peor de la izquierda española. Este demagogo detesta profundamente el sistema democrático».

Echa el cierre José Antonio Martínez Abarca: “En esas actas de ETA los más moderados parecen ser los propios terroristas, a los que los pacificadores del Gobierno pasan cumplidamente en entusiasmo por el crimen (…) Muchos Gobiernos occidentales han hablado con terroristas, menos han negociado nada con ellos y ninguno ha sufrido una identificación con los asesinos como ha hecho éste, hasta el punto que resulte preferible caer en manos de un comando etarra que de algunos cargos del Ministerio del Interior español. Si hay suerte, en los zulos a veces dan de comer medianamente. En cambio, cuando un Gobierno socialista persigue un fin político para asegurarse el poder es mejor escapar si en algo tienes tu alma (…) En España ya cualquier cosa, por lóbrega que sea, es preferible a un encuentro en el callejón del ‘interés de Estado’ con los hombres buenos de las alcantarillas de Interior (…) Si se coincidiera con Rubalcaba en una convalecencia de lo de la próstata, a nadie le gustaría quedarse con él a oscuras”.

 

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