Antonio Burgos, preso súbitamente de demagogia anticonservacionista

aguila real

linces ibericos

En su afán por atacar a la Junta de Andalucía aprovecha la más mínima ocasión para arremeter contra ella y contra cualquier proyecto que emane de la misma, aunque tenga que abatir a los linces, a  las águilas y al resto de especies amenazadas que se pongan por medio. Es de esperar que esta furia infernal y desbocada desaparezca cuando Arenas quede entronizado en el palacio de San Telmo, en las riberas del Guadalquivir, después de 30 añitos de paciente espera. Quizá entonces las águilas y los linces podrán respirar tranquilos y Antoñito estará menos indignado “por los millones de euros que se gastan en la recuperación de especies amenazadas, con 5 millones de parados, un déficit de caballo y una deuda grecoportuguesa”

Todos sus argumentos están desarrollados, como es habitual en él,  con “lenguaje zafio, grosero, tabernario y chanflón…” – José Mª Izquierdo- cuando no hay duquesas ni toreros ni casa real por medio:

“A mí del fraude del águila imperial de los huevos de oro no me preocupan los tíos que trincaban la tela cobrando la subvención por cautividad de las nacidas en campo libre. Total, eso es un ERE Imperial, como el rioja de CVNE o el fino jerezano de Paternina. Lo que me indigna es que con 5 millones de parados, un déficit de caballo y una deuda grecoportuguesa, derrochen millones de euros en la recuperación de especies amenazadas. Chorrea sangre que exista toda una Red Andaluza de Centros de Recuperación de Especies Amenazadas. ¿Cuánto costará eso al año? El parado, por lo visto, es una especie que no está en absoluto amenazada.

 El empresario arruinado es una especie en absoluto amenazada. ¿Cuántos parados hay por cada lince subvencionado y cuántos empresarios por cada águila imperial protegida económicamente? ¿Y cuántos parados podían vivir con lo que la Junta se gasta al año en linces y cuántos empresarios tiesos podían remontar el vuelo con lo que la Junta derrocha en proteger al águila imperial? Con razón Eustasio Cobreros, de mayor, quiere ser lince. ¡Toma, y yo quiero ser águila! Como ellos, que son unos águilas.

“Es más maravilloso que la Asociación de Huevos Mejores S.A., una granja avícola por todo lo alto que se montó aquí cuando los planes de desarrollo de López Rodó, y que sirvió de cachondeo, porque llamabas y un señor telefonista te respondía, muy serio: Asociación de Huevos Mejores, dígame… Pues te digo que mis huevos son todavía mejores que los tuyos. Pum, y colgaba el bromista”.

 “Hablando del lince: en un cónclave de Economía, el empresario Eustasio Cobreros, presidente de la Fundación San Telmo, ha dicho: ‘A los empresarios nos deberían cuidar como al lince ibérico’. Es muy sencillo, Eustasio: ¿tú has probado dejarte las orejas, y los bigotes, y el rabo (con perdón), y tatuarte la piel así como atigrada, y dedicarte a comer conejos crudos, pero conejos propiamente dichos, conejos del campo, no seas mal pensado?”.

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