Consideraciones sobre el debate el día después

El debate
Del debate entre los dos que aspiran a gobernarnos los próximos cuatro años sólo recordamos los ataques furibundos del aspirante y la contención de aquel al que quieren desalojar de la Moncloa, que seguramente se estará preguntando ahora si una buena defensa es el mejor ataque. De todas formas es sólo la primera parte de un partido.

La segunda está por disputar y el árbitro será en este caso una periodista experta, Olga Viza, con más de treinta años de profesión y que sabrá estar a la altura de las circunstancias aunque el arbitraje aquí parece poco significativo en cuanto a influencia en el resultado final del juego, al contrario de lo que sucede con los grandes equipos de fútbol que a final de temporada, Madrid y Barça, cuentan con ocho o diez puntos extras. Aquí esa ventaja quedará anulada al tratarse de un enfrentamiento entre los grandes: Rajoy (El Madrid) y ZP (el Barça). Parece que las encuestas posteriores y de urgencia han dado ganador a ZP a excepción del ABC y “Libertad Digital”: cada uno ve lo que quiere ver y escucha lo que quiere oír.De ahí la gran oferta mediática.

Aunque aquí también influye el ojo clínico, la sabiduría de la experiencia: decía ayer una señora entrada en años: ”En cuanto le echo el ojo a una persona, lo “calo”. No me gusta la cara de este tío, no me inspira confianza, no es claro, su mirada es la del que en cualquier momento te va a engañar”. Se refería a uno de los candidatos.Les aseguro que no sé a cuál aunque me lo puedo imaginar. Hoy pasaré de nuevo por esa esquina, un par de veces por lo menos, y les aseguro que se lo voy a preguntar.

Retomando el debate: En algunos momentos nos pareció, además, que estábamos en el patio del colegio en el que uno le decía al compañero “embustero” hasta la saciedad y el otro, mirándolo sorprendido, y cuando lo acusaba de haber agredido a las víctimas del terrorismo (¿un nuevo verdugo?), se limitaba a decir que él no había hecho eso. Nos imaginamos que si estas acusaciones hubieran sido hechas sin quince millones de testigos el niño acusado se hubiera defendido de otra manera.

Coincidimos con Alfonso Guerra en algunas apreciaciones que ha hecho del debate. Añadimos que con la cantidad de sapos que soltó el aspirante por esa boca, acto seguido, previo enjuague bucal, pone mirada beatífica y ojos acuosos, y casi con arrobamiento, con honda emoción, se pone a hablar de una supuesta niña y del porvenir rosa que le espera si él coge el poder.

El segundo tiempo del partido promete ser interesante aunque el resultado final sólo puede influir en la decisión final de un cuatro por ciento de los votantes, los indecisos

2 comments

  1. Después de lo visto en el debate Zapatero-Rajoy, en el que se limitaron a decirse otra vez lo mismo, nos amenazan con repetirlo el próximo lunes. Si la tónica no varia ¿quien lo aguantará?.
    ¿No sería mejor que en vez de debate, se enterraran hasta las rodillas y se dieran sartenazos, hasta que uno dijera basta? Así lo pintó Goya y al menos quedaría resuelta la duda de saber quien tiene la cabeza mas dura.
    Otra posible solución a este conflicto es la que contaba uno de mi pueblo, que sin duda había leído al barón de Munchausen, me refiero a dos que porfiaban por tener el perro mas fiero del entorno y para salir de dudas los encerraron en una cobertizo. A la mañana siguiente se encontraron sólo a dos rabos, y eso era los que había quedado de los perros, que fieros ellos se habían comido uno al otro y viceversa.
    ¿Encerremos a ZP y a Rajoy, A Zaplana con Blanco, a Solbes con Pizarro, y a ver lo que queda de sus ilustres ferocidades.?

  2. La idea no nos parece mala aunque de ahí habría que sacar, por prescripción facultativa:sólo cuenta con un ojo, al pacífico Solbes y cambiarlo por Rubalcaba, que al estar más delgado tiene más capacidad para esquivar los golpes y más esgrima dialéctica.
    Tampoco harían mal papel los dos últimos ex presidentes con su corte de pelotas. Como trío arbitral podríamos poner al juez Guasón, a Pedro Jeta y a Jiménez de Losdemonios.
    Veo que usted observa cuidadosamente la ley de la violencia de género,cada vez más conculcada, al no proponer a ninguna política para el encierro.

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