Hace 81 años la madrileña Puerta del Sol se convertía en el epicentro del júbilo.
Era martes, 14 de abril de 1931, y España amanecía republicana. Después vino lo que vino y para qué vamos a entrar en detalles. Aquel sistema de gobierno que duró tan poco y que ochenta y un años después es deseado por una parte de la población indeterminada al no habérsele consultado de ninguna manera tal extremo. Es evidente que existen otras prioridades porque la influencia de los monarcas es escasa en la gobernanza del país. No obstante cada día es más discutida la Monarquía, sobre todo por acontecimientos poco ejemplares que ocurren en el seno de la Familia. Hoy, sin ir más lejos hay hipócritas que se rasgan las vestiduras porque nuestro Rey ha estado en Botswana, en una cacería de elefantes, donde abatir alguno sale a 20.000 euros la pieza, más los gastos de viaje.
Mientras tanto, la Reina en Grecia, el nieto travieso Froilán curándose de sus heridas y su yerno Urdanga preparando la estrategia de defensa por sus supuestos robos al Erario público. Miedo me va a dar escuchar el lunes a Losantos con tanta munición como le está suministrando la Familia Real. Y como decimos en otro lugar, un diario de la derecha más extrema, La Gaceta, del Grupo de Intereconomía, despacha el asunto con estos titulares:”El Rey, en plena crisis y con su nieto en el hospital, se rompe la cadera cazando en Botswana” “La Casa Real baja gastos, pero ¿cuánto ha costado el safari en África?”. Y encima, nuestro desdichado Rey, se rompe la cadera por tres sitios. Evidentemente estamos ante un verdadero annus horribilis, mucho más horrible que aquel que tuvo su prima la Reina de Inglaterra.
