Los males de la sociedad, el relativismo y la religión

la santa inquisicion

A juzgar por los comentarios de determinada prensa cualquiera podría entender que la Religión católica en España estuviera siendo perseguida y los cristianos a punto de pasar a la clandestinidad cuando todo el mundo sabe que la Santa Madre Iglesia sigue gozando de unos privilegios que ningún gobernante se ha atrevido a tocar seguramente porque la religión, desde hace centenares de años, está muy arraigada, es su administradora y además ofrece a la sociedad unos servicios bastante tangibles tanto en el aspecto educativo como en el asistencial.

Otra cosa muy distinta es que los fieles estén viviendo tiempos difíciles y de alejamiento achacables a diversas causas, una de ellas el relativismo   contra el que ya nos ha advertido el Papa de Roma y cuyas consecuencias para el obispo-cardenal Antonio Cañizares hacen que “ todo ello encaje perfectamente dentro del laicismo esencial e ideológico que viene, expresado en leyes, en proyectos sociales y culturales. Dios no cuenta, Dios queda relegado a la esfera de lo privado, aún más, Dios no tiene que ver con el mundo, no es real, cuanto se refiere a Dios es ficticio”

En última instancia  la culpa de todo la tiene el poder temporal y no la evolución de la sociedad del conocimiento y las sucesivas crisis, todo en el terreno de las ideas que afortunadamente no se ha traducido en algaradas callejeras en las que la turba, como ha ocurrido en otras épocas, corra a palos a los curas por calles y plazas.

Pero algunos periodistas, desde sus arcaicos minaretes de talibanes, echan la culpa de todos los males de la sociedad a los estragos del relativismo. Así  Cristina López Schlichting, si una mujer asesina a su bebé en Alemania o en Mallorca, concluye que “cada vez son más frecuentes los casos de mujeres que tiran bebés a la basura o abandonan a sus niños” Y es que el relativismo nos trae canibalismo, esclavitud, persecución religiosa”

Si se suspenden las misas en la universidad de Barcelona para ABC los culpables son las actitudes laicistas que “ en nombre de un sedicente progresismo se apoderan del espacio público en contra de la Constitución, de la tradición histórica y de la realidad social”. ¿Responsable? Zapatero que ha creado un ambiente social que refuerza los planteamientos radicales en un terreno que -por fortuna- parecía superado como ámbito de conflicto gracias a la madurez de la sociedad española. Por desgracia, en las circunstancias actuales, parece que vuelven a producirse situaciones intolerables de coacción”.

También acude a la cita  Hermann Tertsch que se indigna porque TVE ha retirado un programa sobre Israel por una denuncia de “la gacetilla sectaria de los amigos de Zapatero y a 170 de esos muchos miles de chivatos que el zapaterismo nos va a dejar como guardianes de su moral y jenízaros de la cultura de delación”. Y se queja de que no haga lo mismo  “cuando protestan quienes están hartos de insultos a la religión católica o de aquelarres sectarios y revanchistas”. “Lo que hay en Televisión Española, “donde los toros son la peor obscenidad y todos los curas, fascistas y maricones”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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