Algunas calas en el pensamiento y la obra de Mario Benedetti

A imitación de Dámaso Alonso (y Carlos Bousoño) que escribieron “Seis calas en la poesía española”, un estudio de pasajes de la obra de Garcilaso, Fray Luis de León, Calderón y Lope de Vega, con lo que pusieron las bases de la estilística española, cogemos el término  “cala” y lo aplicamos a algunos pasajes  de la obra de Benedetti, de su pensamiento, de su forma de vivir la vida, de su humor expresado en incontables frases llenas de ingenio, humor que hacía terapéutico y didáctico, además de cultivador de la paradojas: «La vida es un paréntesis entre dos nadas»,  «el poeta es un extranjero de andar por casa».

O cuando hablaba de la necesidad en los países «en vías de subdesarrollo» o nos advertía  que, «cuando ya teníamos todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas».

Cultivaba la autocrítica pero se contestaba a sí mismo con una nueva paradoja: «El problema del exceso de autocrítica es que los demás se la acaban creyendo». Y humor hasta la muerte: «Cuando me entierren / por favor, no se olviden  /  de mi bolígrafo».
Según cuentan, pasaba en Madrid, en los diez años en que estuvo exiliado, largas temporadas en la cama, según dicen los exagerados, años enteros. Cuando le preguntaban los amigos por qué no se levantaba, les contestaba: “Porque el perro me muerde las canillas”

Se tuvo que mantener en perpetua huida de  Uruguay: la dictadura militar le persiguió, encarceló y torturó a familiares y amigos,  llegó a Buenos Aires, a Cuba y también a España,  en 1978 y dijo de si: «Jesús y yo salvadas las distancias/somos dos habitantes del exilio/ y lo somos por cautos por ilusos»

Ahora ya acabó su exilio exterior e interior, ahora toca rezar por él repitiendo parte del Padrenuestro latinoamericano que nos dejó:

“No nos dejes caer en la tentación/ de olvidar o vender este pasado/ o arrendar una sola hectárea de su olvido/ ahora que es la hora de saber quiénes somos/ y han de cruzar el río/ el dólar y su amor contrarrembolso/ arráncanos del alma el último mendigo/ y líbranos de todo mal de conciencia/ amén”.

El testamento que deja a sus lectores es el que dejan los grandes hombres con una vida fructífera. La de estos grandes hombres es una muerte relativa pues su legado quedará por lo siglos de los siglos, algo que sucede en una escala más modesta con cualquier persona que se haya perpetuado a través de los genes que transmite a sus hijos.

Benedetti, para consuelo de sus muchos seguidores y saboreadores de su arte,  singulariza el testamento de esta manera:

«Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo, derrotando imposibles, segura sin seguro (…) Pero tampoco creas a pie juntillas todo. No creas, nunca creas,
este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano
horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (…)».

La última cala se la hacemos a su amor a por las letras, por los libros, por la literatura:

Quiero quedarme en medio de los libros / vibrar con Roque Dalton con Vallejo y Quiroga / ser una de sus páginas / la más inolvidable / y desde allí juzgar al pobre mundo / no pretendo que nadie me encuaderne / quiero pensar en rústica / con las pupilas verdes de la memoria franca / en el breviario de la noche en vilo mi abecedario de los sentimientos / sabe posarse en mis queridos nombres / me siento cómodo entre tantas hojas / con adverbios que son revelaciones / sílabas que me piden un socorro / adjetivos que parecen juguetes / quiero quedarme en medio de los libros / en ellos he aprendido a dar mis pasos / a convivir con mañas y soplidos vitales / a comprender lo que crearon otros / y a ser por fin / este poco que soy.

2 comments

  1. .Define con coherencia la personalidad y el sentido del humor de Benedetti, su obra maravillosa, el peso del exilio, su larga vida y su vision del mundo desde su Uruguay natal, un personaje imprescindible , una mirada ironicaa un mundo tan grotesco, tan immprevisible, como la dictadura que lo llevo al exilio, a la carcel, gracias por este articulo.

  2. Nunca me gustó Benedetti, he de confesarlo. Su poesía es fantástica para ligar a chicas sin demasiado criterio. Hasta hubo gente que se atribuía la autoría, fijáte.
    Luego, en lo personal, siempre me resultó contradictorio. Comprendido por donde pasó, por esa atroz dictadura, verlo dándose besos con el Comandante, defendiendo dictaduras (de izquierdas, of course), se te desmonta el personaje.
    Lo siento, tuvo, y tiene, su público, pero yo, lo coja por donde lo coja (y no estoy hablando en argentino), me quemo. D.E.P.

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