Dos estrellas televisivas: de Silvio el rockero al pseudo suicida Coto

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coto matamoros

El primero es nada menos que el Presidente de una de las potencias económicas del mundo, dentro del G-8, de las de pata negra, siempre en dificultades con la justicia de su país, y siempre airoso, y siempre en el candelero: ahora porque ha puesto en venta Villa Certosa por más de 400 millones de euros, la villa sarda donde invitaba a los líderes mundiales y celebraba sus famosas fiestas con velinas, y porque la revista Rolling Stone lo ha nombrado estrella del rock del año y en cuya portada se ve a Berlusconi rompiendo un folio con la frase “Silvio, rockstar del año”.

Y el segundo es un genuino producto español, animal televisivo, ex presidiario por asuntos relacionados con sus adicciones confesadas, tertuliano indispensable de pasados y presentes programas basura, que de vez en cuando y cuando advierte que su estrella está declinando-vía ingresos por armarla- se saca de su caletre acciones como las que nos cuenta Rossy Runrún en su blog de 20minutos.es: después de tres meses en la cárcel de Aranjuez por no pagar la pensión a sus hijos, Coto Matamoros, el suicida arrepentido que se largó a Tailandia para hacer un paripé, ha salido y ha vuelto a los platós, dicen que por 80.000 euros, por el paquete completo de sus miserias: su vuelta a las drogas y su ingreso en un hospital, el recuerdo de su hija pequeña, el anuncio en directo de que va a ser abuelo…con lo que tendrá suficiente para vivir una temporada de lujo y para atender sus obligaciones paternas, vía pensión alimenticia para sus hijos.

En fin dos animales televisivos, de vida llena de puntos oscuros, o muy negros, como su reputación,  como diría el malogrado Jaime Gil de Biedma.

 

 

 

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