Falete y Arenas, víctimas el día 28 de inocentadas

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En el día después se descubre una inocentada en que se vieron inmersos dos personajes sevillanos, uno del mundo de la política, Arenas y el otro, un folklórico de nuevo cuño, cuya fama se elevó exponencialmente a raíz del fingido secuestro de su novio, Falete, el  nombre artístico de Rafael Ojeda Rojas.

Arenas no dirigirá finalmente la Alianza de Civilizaciones un genuino producto zapateril: era una inocentada aquello de que en Marzo sería nombrado Alto Comisionado de la Alianza, una broma propia del día de los Santos Inocentes, así pues, de momento, Arenas no abandonará la política andaluza ni será nombrado en Abril Alto Comisionado de la Alianza de Civilizaciones en sustitución de Jorge Sampaio:el organismo internacional de encuentro entre religiones, razas y culturas distintas, sigue en buenas manos y por buen camino, aunque ese camino es motivo de frecuentes chanzas por parte precisamente de muchos seguidores del de Olvera, de ahí el desconcierto inicial de los que leyeron la noticia.

El otro bulo, y que ha sido desmentido al alimón por el propio Falete y el ex novio, José Isaac Roffe, es que ambos habían hecho las paces, habían retomado la relación, se les había visto muy “amartelados”, incluso se oyó en la noche sevillana el estallido de unos cuantos besos de amor  y algún que otro hondo suspiro seguido de unas furtivas lágrimas.

Serían las cinco de la madrugada en el barrio de Santa Cruz cuando fueron vistos en la Plaza de los Venerables por un conocido de ambos que lo contó sin dilación no más hubo abandonado el lecho y marchado a continuación al bar donde se encontró con el resto de los amigos, más pronto que tarde, para comenzar el iniciático rito diario de unos cuantos finos, siempre A.M, pues para la noche se dejan unas bebidas más contundentes: hay muchas cosas que contar y que celebrar.

Que fueran Falete o José Isaac ya hay que ponerlo en duda: parece que ha sido otra inocentada de la guasa sevillana, aunque el que los vio jura y perjura que fueron ellos, uno con su increíble y  espectacular vestuario de la talla 50 y el otro, un personaje algo canalla y pícaro, que vive de perfil, como algunos personajes lorquianos ,que, por el contrario, mueren de perfil.

Los dos afirman, en petit comité, que ha sido una “calumnia” pero  han comenzado a recibir llamadas de La Noria y de Cantizano dónde  dirán lo que hicieron, por separado, la noche de autos.

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