Losantos desnuda y descubre su alma de poeta a la Quintana

ana rosa y federico jimenez

Hemos asistido  en la “pequeña pantalla” al encuentro de dos personajes mediáticos que se admiran mutuamente, Losantos y  Ana Rosa Quintana, el uno el terror de las ondas hertzianas, el martillo pilón de quien a él le place, aunque en esta ocasión ha sido él el golpeado y zarandeado, e incluso defenestrado –según él tirado por la ventana, dicho más vulgarmente- por el poder temporal de la Iglesia que antaño tenía sus Ejércitos y su Inquisición, y la otra la Reina de las Mañanas de la tele, cursilón nombre que le arrebató a la Campos, empresaria eficaz del papel couché y hace unos años escritora, con negro o sin él: démosle el beneficio de la autoría.Y por el azar de las cosas y de una manera crudelísima también hemos sido testigos de la lectura de un haiku de Federico, a cargo  de una Ana Rosa emocionada, y que ha tenido la ventaja de su brevedad: todos ustedes saben lo que es un haiku  (俳句?), un derivado del haikai,  un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente,  una de las formas de poesía tradicional japonesa más extendidas:

Se oscurece la mañana
sólo ahora vemos
que había sol

Pero Federico ha ido con sus miras a la emisora: promocionar su libro “La otra vida” en el que se entrega a la meditación oriental, ya más calmado que en su juventud maoísta cuando en el viaje que hizo a la China cayó, cual Pablo, del caballo del marxismo, y recorrió el camino inverso hasta llegar a los postulados actuales que son indescriptibles aunque tiene muchos seguidores incluso más sectarios que él, y en donde todos ellos son pastoreados por el más listo de la clase, llamémosle Pedro José, gran hacedor de encaje de bolillos con todos los tontos útiles que tiene a mano.

Y hablaron los reyes mañaneros, de la radio y de la TDT, ante un público eminentemente marujil de los haikus japoneses, nueva forma, más cómoda que los difíciles sonetos, adoptada por el novísimo poeta para el gran público, Losantos, aunque él dice que ya por 1981, su alma atormentada buscaba el lirismo, extremo que no sabemos si  consiguió. Desde luego el recitado por Quintana no está mal aunque Lope de Vega o Alberti lo hicieran mejor:
¡ Oh río de Sevilla,
Qué bien pareces,
Lleno de velas blancas
Y de ramas verdes
Con una forma similar aunque con un verso más. Justifica el haber retomado la poesía: “Hay a quien le da por la carpintería, a mí me ha dado por la poesía”

Como no queremos ser ansiosos, he aquí un extracto de la entrevista:

Ana Rosa Quintana: ¿Te has ido de la COPE o te han echado?
Federico Jiménez Losantos: “No, no. Me han tirado por el balcón”.
Ana Rosa sonríe, sabe que ya tiene titular y que, por tanto, seguirá siendo considerada por la plebe una gran periodista.
FJL: “Me fui el año pasado y me pidieron que me quedara. Me lo pidió el propio Rouco, que siempre ha sacado la cara por mí, así que acepté. Luego el ambiente se enrareció. Ha sido una cosa fea; seis meses que si sí, que si no. Con los obispos no es fácil. Las cosas se podían haber hecho mejor, sobre todo si me hubiese marchado el año pasado, que es cuando yo quería marcharme».
Aquí se acabó la entrevista. Todo lo demás, paja. Hubo tiempo para hablar de las elecciones europeas, para piropear un poco a Rosa Díez, para cargar un poco contra la clase política y hasta para responder a la pregunta puñetera de una espectadora: “¿A quién preferiría contratar como contertulio en su programa, a Gallardón, Rajoy o Zapatero?”
Una pregunta que Federico intentó responder con gracia: “Mal negocio en los tres casos. Gallardón no atiende a las preguntas y seguro que me intentaría meter en la cárcel, Rajoy es muy previsible y Zapatero está cada vez más atontado. Al principio era un vendedor de alfombras, pero simpático. Sabías que te estaba mintiendo, pero era lago que formaba parte del juego. Ahora ya se ha vuelto loco. Les pasa a todos los presidentes del Gobierno en su segunda legislatura en la Moncloa”.

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