Olvido Hormigos, que trabajaba en un colegio de Mora de Toledo el curso pasado, este año lo va a tener más difícil laboralmente, y no por el vídeo, vamos a dejarlo en erótico, que ha traspasado las fronteras de la intimidad y ha sido colgado en la Red, y ya forma parte de páginas porno, sino porque es una víctima más de los recortes drásticos en educación que Cospedal ha aplicado en CCM, de donde es presidenta
SÍ seguirá de momento en su puesto de concejal-a del PSOE en el Ayuntamiento yebenense, si es que soporta las distintas presiones, la más grave la procedente del sector más cutre e inquisidor del vecindario.
La fama de Olvido, alimentada por haber sido trending topic en la Red, por comentarios tendenciosos de cierta prensa cavernícola, que sigue la línea de los vecinos alborotadores del pueblo, ha culminado la noche del sábado en que ha sido llevada por el sagaz Jordi González a uno de los programas estelares de tele 5, el que sustituyó a La Noria, el Gran Debate, de mejor factura e interés.
En El Gran Debate fue enjuiciado el affaire de la fogosa concejala desde las vertientes políticas y personal, aunque triunfó lo segundo y donde se lucieron contertulios, como Alfonso Rojo, Sánchez Dragó –un consumado especialista en temas escabrosos– que no dudaron en llamar las cosas por su nombre al recordar su proclividad al vicio solitario sobre todo en sus años mozos, y la escandalizada Cuca García de Vinuesa, que condenó sin paliativos a Olvido por su pecaminosa acción y por el daño que había hecho a la familia, a su marido e hijos, aunque la que hizo saltar todas las alarmas fue la escritora Lucía Etxebarria que defendió a ultranza a Olvido con toda clase de argumentos, con muchos pelos y señales, sin escatimar descarnadas palabras, que estuvieron a punto de hacer enloquecer a Cuca García de Vinuesa, y lo que es peor, sacó las intimidades del Jefe del Estado:
«Prefiero que me gobierne alguien bien follado, porque el mal follado cumple el dicho popular de que ‘el que no folla te jode'», «Si se lo mandaba a su marido, a su amante o a su prima Mari no interfiere en su capacidad de gestión», añade Etxebarria, que en el pasado ya publicó un escándalo al difundirse fotos suyas desnuda a través de la red social Facebook” “no entiende «que esta señora tenga que dimitir por masturbarse».»Lo peligroso sería que no se masturbara»,
«Tenemos un Rey que lleva ocho años con una amante y aquí todo el mundo tiene amantes y no pasa nada…, bueno no todo el mundo, yo no tengo un amante».
Continuando con la relación de exegetas (alguien me ha dicho en el bar si esta palabra no “sería” un taco) dice el agudo Ignacio Camacho en ‘ABC’ en referencia a Olvido:
«El morbo social y mediático, la furiosa condena del vecindario, la torpe manipulación política de un asunto de índole estríctamente personal, el ruidoso debate de unas redes sociales en las que nadie se ha preocupado de frenar la difusión viral de un vídeo íntimo». ·”Sólo Olvido Hormigos, zarandeada hasta la náusea por el espectáculo que propició su ingenuidad o su exceso de confianza, parece situada en la estricta dimensión humana del caso: «es la única que tiene derecho a equivocarse en este mezquino turbión de ruindades; es su intimidad la que ha sufrido un bárbaro vapuleo que le concede cierta indulgencia incluso para las mentiras con que haya intentado protegerse del linchamiento».
David Gistau, en ‘El Mundo’: “ la procacidad, «antes yemení que yebenosa», con que el pueblo entero ha tratado de puta a la concejal: «Lo que añade al repudio un matiz rabioso, de los de arrojar a alguien al pilón».»la concejal ha cometido un error. Elevar un desliz particular a asunto político, para hacerse pasar por la víctima de un personaje que en España siempre funciona: el de la derecha que reza mientras enciende hogueras sacrificiales. En esta táctica evasiva, ha implicado a su alcalde. Si al final resulta que el vídeo lo filtró un portero de fútbol, y que ella lo sabía, entonces, y sólo entonces, habrá encontrado un motivo válido para anunciar de nuevo su dimisión».
La Razónle dedica un amplio reportaje, El triángulo de Los Yébenes. He aquí uno de los párrafos: Su marido, destrozado
“Estos comentarios han «destrozado» a Jesús, el marido de Olvido. Su dolor es tal que ni siquiera ha querido aparecer ante las cámaras y ha pedido a los periodistas «que le dejen en paz». Es carpintero y desarrolla su profesión en el taller que tiene montado debajo de su casa, que ahora tiene todas las persianas y ventanas cerradas. Los que le conocen le definen como un hombre «muy religioso, tranquilo y buena persona». «El pobre ya le había perdonado cuando la noticia se difundió por el pueblo y ahora tiene que volver a revivirlo todo», se lamentaba un conocido”
En El Mundo, http://e-pesimo.blogspot.com.es, Emilia Landaluce, El calor de Olvido funde el hielo:
“Si Olvido hubiera leído la prensa rosa en lugar de filfas politiqueras sabría que grabar su petite mort -así llaman al orgasmo- es como pender la espada de Damocles sobre su intimidad y su matrimonio. Es la lección de esta semana. Al final, el corazón va por delante de la política:la Españade pide el rescate de Merkel. Hoy los dueños de las fincas que rodean Los Yébenes se regocijan. El valor de sus hectáreas se dispara al calor que desprende la ebúrnea concejala. Lo que ignoro es si abundan las chochas perdiz”
Por último, un par de párrafos de Personajes en limpio, No te masturbarás, de Manuel Jabois:
“La masturbación de la concejala ha desempolvado viejos ritos y tics angustiosos. No ya por la reacción popular, que ésa está perdida desde los tiempos de María Magdalena, con la salvedad de que entonces al menos todos tuvieron la dignidad de no tirar una sola piedra, sino por la preocupación de contextualizar escabrosamente el delito más que por perseguirlo; interesarse por la víctima, siquiera tiernamente, mucho más que por el culpable.
Uno quisiera que la turba permaneciese siempre en casa agitando la cuchara sopera delante de la televisión, pero de salir siempre será mejor que vaya a la Comandancia antes que al Ayuntamiento. Claro que cierta antropología es invariable. Esa multitud que rodeó a la concejala para llamarla «puta» por masturbarse estaba hace ocho años en un pueblo gallego arropando a un alcalde condenado por tocarle las tetas a una chica de 16 años. Por ser acosada sexualmente por su jefe, Nevenka Fernández y su familia tuvieron que hacer las maletas y dejar su vida en León”
