Sor María ha palmado

Aunque parezca una frivolidad emplear tal verbo, se puede usar ( intr. coloq. Dicho de una persona: morir (llegar al término de la vida), no es por tanto ninguna ilegalidad gramatical emplearlo para referirse al óbito de esta mujer, de 87 años, y de siniestra trayectoria, si son ciertas las acusaciones que existen acerca ella sobre robo de niños, algo que no se ha podido probar en sede judicial –donde únicamente se expresa el extesorero del PP Bárcenas. La justicia humana, pues, no ha podido manifestarse, así que Sor María ya está en manos de la Justicia Divina, según leemos en elcomercio.es.

 Según EFE “la religiosa María Gómez Valbuena, conocida por sor María tras salir de su anonimato a raíz de la investigación sobre «niños robados», ha fallecido sin aclarar ante el juez su presunta participación en esta trama, ya que la única vez que compareció ante él se negó a declarar y la segunda vez que fue citada, hace unos días, ni siquiera compareció alegando motivos de salud”

 Y quien le hace una semblanza que podríamos calificar de denigratoria, justa si son ciertos los crímenes que se le atribuyen, es el Descodificador, en  Sor María, y del que omitimos la primera parte pues hace unas extrañas suposiciones en que ve a Sor María haciendo compañía en el Más Allá a personajes tan variopintos como Pinochet y Franco, Pio XII y Adolf Hitler .

 La segunda si osamos reproducirla:

 “Con el proceso judicial a medias, y antes de haber llegado a declarar, Sor María ya está haciendo compañía al todopoderoso. “Deja de tener que rendir cuentas ante la Justicia humana y queda en manos de la Divina”, se pudo leer en un teletipo. Es decir, que al palmarla la monjita se ha escaqueado de sus obligaciones terrenales. Quizá sea un milagro, una señal que nos advierte de que aquellos que viven en la sagrada causa del señor no deben someterse a las vulgares leyes de los hombres. Mientras, las decenas de familias que luchaban por recuperar a sus hijos robados se lamentan de su mala suerte, que es quedarse sin ver a Sor María sentada en un banquillo.

 ¿No querían que se solucionara cuanto antes el  asunto de los bebés robados? Pues ya está: debido a la muerte de la principal imputada es muy posible que el caso se archive. En ese instante la muerte de sor María habrá cerrado en falso uno de los capítulos más macabros de nuestra historia reciente, esos cordones umbilicales que nos atan ala Españafacinerosa y perversa. Esa España que sobrevive incluso a sus infanticidas.

La tumba de sor María, en el cementerio de San Justo, es tan austera que ni siquiera la lápida tiene grabado su nombre. Solo pone un lánguido “Hijas de la caridad”. Yo propongo éste: Dejó tres procesos abiertos y cientos de niños separados de sus padres. Que Dios la tenga en su gloria”.

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