Una calle madrileña para José María Manuel Jarabo Pérez-Morris

 Si desean profundizar en quién fue   José María Jarabo  sigan el enlace hacia la Wiki, eso si no se conforman con el resumen que les hace el humorista aristócrata Alfonso Ussía, que todo lo pasa por el prisma de su guasa y lo que es peor de su ideología “ultracentrista” . Datos objetivo son que Jarabo mató a cuatro personas y que fue el último ejecutado en España mediante garrote vil, tarea en la que el verdugo  Antonio López Sierra, invirtió veinticinco minutos:

“el 21 de julio de 1958 se produjo en Madrid un cuádruple asesinato que concitó una expectación popular sólo comparable a las Copas de Europa del Real Madrid y el triunfo en el «Tour» de Francia de 1959 de Bahamontes. José María Manuel Jarabo Pérez-Morris asesinó en una mala noche a cuatro personas. Jarabo pertenecía a la clase media-alta, estudió en el colegio del Pilar de la calle de Castelló y rompió en golfo. Bebía en demasía, se jugaba el dinero y frecuentaba a los prestamistas. Desde una perspectiva sesgada y falsa, se podría decir que era un joven decepcionado del régimen franquista, que aquella decepción le llevó a la bebida y al vicio, y que una noche mató a cuatro personas para vengarse de Franco. Pero no. Era sencillamente un asesino frío, que asombró en el juicio por su serenidad, que fue condenado a muerte y que murió en el garrote vil dos años más tarde”

Pues bien, mientras Ussía se piensa o no en ir a Cataluña a provocar a los catalanes –solo a los separatistas, que conste– “voy a ir por tierras de Cataluña, vestido bastante de verde, con una boina de paracaidista y con un arma – enfundada, por supuesto, colgada del hombro. Si los señores Tremosa y Romeva y la señorita Badia, por un casual, coinciden con nosotros en aquellos parajes no tienen que asustarse. No corran. No se asusten, please

Y como está cabreado por la calle que le han dedicado en Madrid a Santiago Carrillo pide otra para Jarabo, con estos razonamientos dirigidos a la señora Botella, alcaldesa dela Villa del Oso y del Madroño – si fuese una dama socialista seguro que él y Antonio Burgos hubieran hecho ya graciosísimas rimas con aquella  última palabra- :

“Como madrileño, vecino de Madrid y empadronado en la Capital del Reino, tengo derecho a proponer a mis gobernantes municipales lo que me emerja del güito (…) Propongo que se bautice una avenida de Madrid con el nombre de Jarabo, en memoria y recuerdo de aquel asesino que en 1958 se llevó por delante a cuatro inocentes. Si al demostrado responsable del asesinato de más de cinco mil personas se le otorga una calle en la Villa y Corte con la benevolente abstención del Partido Popular, nadie puede oponerse a que un hombre, desarraigado y triste, que sólo mató a cuatro convecinos, opte a inmortalizar sus crímenes con el nombre de una gran avenida”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *