El apelativo se lo ha aplicado José Mª Izquierdo por su frase “nuestro interés es españolizar a los alumnos catalanes” que ha provocado numerosa reacciones en contra, -y también a favor- hasta el punto de que se considere a Wert, una fábrica de independentistas.
Parece como si a este ministro le gustara estar siempre en el ojo del huracán y atizar el fuego donde este tiene ya unas proporciones importantes, parece como si este ministro, con este propósito de españolizar a los niños catalanes –empleando unas palabras que ya utilizó un general golpista en Barcelona en 1937, como se ve en la viñeta- estuviera intentando colocar una cortina de humo que oculte la tremenda realidad: con los recortes que está aplicando a la enseñanza pública amenaza con dejarla a los pies de los caballos de la privada y en un estado de postración absoluto.
Esta actitud de Wert, no obstante, tiene sus defensores casi en al misma medida que detractores. Así en EQM le dicen Wert, te quedaste corto, Sí, Wert, precisan caña :
“Las ajustadas manifestaciones de Wert en el Congreso siembran el escándalo entre los fariseos, mientras son divulgadas como estrafalarias también la progreprensa de la vilipendiada Madrit. Estos imperialistas de Las Ramblas, que se han tirado años -muchísimo antes de cuando Mas se llamaba Arturo- pretendiendo convertirse en el ‘hereu‘ de un Mediterráneo Noroccidental presuntamente hermanado por una lengua común con distintas denominaciones [como ocurre con el gallego y el portugués], intentando imponerle el nombre de catalán, al tiempo que se apropiaban, por ejemplo, de una cultura gastronómica tan extraña a la sardana como la paella valenciana o la ensaimada mallorquina” (…)
En La Razón apoyan sus palabras:
“Nada más oportuno que la intervención del ministro Wert en el Congreso, cuya claridad y valentía ha escandalizado a los nacionalistas. El ministro de Educación aseguró que su política en Cataluña se dirigirá a ‘que los niños catalanes se sientan tan orgullosos de ser catalanes como de ser españoles’. Elemental. Lo mismo cabe decir de los niños vascos. Ya era hora de que un miembro del Gobierno de España tuviera el coraje de denunciar la manipulación nacionalista de las escuelas para falsear la Historia común de los españoles, para adoctrinar en la secesión y para instalar un rechazo a todo lo que España es y significa”.
Y ABC editorializa:
“El Gobierno de Mariano Rajoy ha puesto fin a la pasividad con la que se dejaba hacer y deshacer a los nacionalistas con una educación a la medida del secesionismo y la hostilidad hacia España. El ministro de Educación, José Ignacio Wert, puso el dedo en la llaga del sistema educativo catalán cuando afirmó, ayer en la sesión de control del Congreso de los Diputados, que el Gobierno quiere ‘españolizar a los niños catalanes”.
Isabel San Sebastián hasta considera un acto de heroísmo de Wert sus palabras:
“A juzgar por la catarata de descalificaciones e insultos que le cayó inmediatamente en las redes sociales, varios medios de comunicación y hasta el Senado, de labios de un representante de CiU, lo que hizo ayer el ministro de Educación en el Congreso fue un acto rayano en el heroísmo. Una hazaña democrática merecedora de admiración. Una proeza que ninguno de sus predecesores, salvo Esperanza Aguirre, había osado acometer”.
Sin embargo la comunidad educativa catalana y la ‘consellera’ de Educació, Irene Rigau, han denunciado las «constantes intromisiones de competencias» que quiere llevar a cabo el ministro e incluso lo han tildado de «preconstitucional«.
Además de considerar como incendiaria la frase de Wert «nuestro interés es españolizar a los alumnos catalanes para que se sientan tan españoles como catalanes»
critican al ministro que sopese pagar a colegios catalanes para que enseñen en castellano y que en los Presupuestos Generales del Estado la academia catalana vea recortada la aportación en un 50 %, así como que asegure en TeleMadrid que ve «evidencias» que relacionan el crecimiento del sentimiento independentista en algunas comunidades autónomas «con la dirección que ha llevado el sentido educativo». .
