Juicio a los dos tenores

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Juicios mediáticos negativos a Rajoy y a Pedro Sánchez a cargo de El Confidencial y El País respectivamente. Al primero por mantener su humor gallego y pasotismo en la situación crítica en que se encuentra la gobernabilidad de la Nación: Por ejemplo cuando dijo a los periodistas, parodiando a José Mota, “Si hay que ir se va, pero ir pa’ na”. Y al  segundo por seguir acuñando de una manera delirante y rancia -haciendo caso omiso de los consejos de los viejos socialistas-  los conceptos de «derecha» e «izquierda» en lugar de arrimar el hombro para que este país no pierda el buen sitio que ocupa entre los países más desarrollados.

Así se refiere a Mariano El Confidencial:

«Mariano Rajoy anunció el viernes por la tarde, desde Moncloa, que había aceptado el encargo del rey de intentar la investidura. Un asunto de enorme seriedad que, sin embargo, transmitió de forma sorprendentemente desenfadada, lo que en ocasiones provocó sonrisas y risas en los presentes, compañeros de partido incluidos.

Aparte del evidente galleguismo que practicó, y de las escasa claridad de no pocas aclaraciones, algunas contestaciones a los periodistas se produjeron en clave de humor. Por ejemplo cuando dijo, parodiando a José Mota, “Si hay que ir se va, pero ir pa’ na”. O al afirmar: “No conviene en ninguna faceta de la vida adelantar acontecimientos”.

El desenfado continuó una vez se apagaron las cámaras cuando, de forma jocosa, dio a los periodistas libertad para interpretar su respuesta como “un quizá”, un “sí pero no” o una “aceptación supeditada”. Incluso, en corrillo, “regañó” a  uno por “enredar” demasiado con su pregunta. Un colegueo que, dadas las circunstancias y el asunto de que se trataba, a varios informadores les pareció fuera de lugar»

Y EL País, antaño bastión del socialismo, en boca de su director Antonio Caño, lo apuntilla de esta manera:

«Sánchez practica un juego de verdades a medias o de simples falsedades para esconder su fracaso electoral en dos ocasiones consecutivas y su manifiesta incapacidad para afrontar este crítico momento.

Por un lado, invita a lo que llama «las derechas» a formar un Gobierno sobre una mayoría inexistente. ¿O es que pretende que el Gobierno de España busque su estabilidad en un acuerdo con la pretendida derecha catalana que acaba de respaldar la independencia unilateral y fuera de la ley? ¿Es esa una recomendación sincera o tal vez una manera de justificar que el propio Sánchez intente negociar con los independentistas en el caso de que Rajoy fracase? ¿Y cuál es esa mayoría alternativa de cambio de la que habla? ¿Quiénes son las izquierdas que él separa con tanta nitidez de las derechas? Qué clase de juego arcaico es ese de dividir al país ideológicamente en dos con semejante simpleza en un momento tan complejo, precisamente cuando los electores acaban de decir que quieren pactar y superar la vieja política?

«Esta estrategia destila un aroma insoportable de tacticismo orgánico. Es imposible escuchar a Sánchez sin deducir que está pensando únicamente en su cálculo personal para sobrevivir como secretario general del PSOE».

El tercer tenor, Rivera, sí está dando muestras de coherencia y no nos referimos solo a la titánica lucha que mantiene contra los separatistas de su tierra a quien hasta el TC trata con gran blandura al amenazarlos con multas, como las que nos ponen a los demás por aparcar, por ejemplo, encima de las aceras, o sea unos 200 pavos.

PD. No pongo los correspondientes enlaces de mis fuentes porque me aplican la tasa google, y ponerlos pa ná…

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