La última estatua ecuestre de Franco es retirada en Santander

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Una noticia que a muchos dejará indiferentes, a otros llenará de alegría y habrá una serie de nostálgicos para los que serán unas navidades teñidas de tristeza: hoy dejará de lucir en la capital de la Montaña, en la plaza Mayor, la estatua ecuestre del Generalísimo, uno de  los títulos que adornaban al Dictador Franco, en clara contradicción con la Gramática que no autoriza el aumentativo en los sustantivos. Esta familia generó posteriormente otras aberraciones lingüísticas, del tipo del cuñadísimo, la hermanísima, la nietísima, etc.
Hoy, pues, dejará de vigilar, después de 44 años, y desde su elevada y broncínea estatura de  7 metros, la vida de los santanderinos y será trasladada a un almacén municipal con la intención de, en un futuro, instalarla en el Museo de Historia de Cantabria, aún en proyecto.

Este hecho evitará que la plaza Mayor se convierta en un lugar de peregrinación de nostálgicos franquistas y de neonazis aunque no sabemos por qué, al mismo tiempo, se va a retirar un escudo de la IIª República situado justo frente a la estatua y cuyo nuevo destino, ha solicitado la Asociación Héroes de la República y de la Libertad de Cantabria  que el destino final de esa placa republicana sea el cementerio de Santander, donde están enterrados más de 1.000 republicanos fusilados.

Para ilustrar la noticia el historiador Antonio Ontañón propone, en concreto, que su destino sea frente a la manzana número 52 del cementerio porque

«Allí llegaban los cuerpos salidos de la prisión provincial. El capellán, José Soto Vidal, enterrado en una ermita cercana en honor de santidad, registraba el número de muertos y la fosa donde eran depositados. No preguntaba por su nombre y 70 años después, hemos sido los historiadores quienes hemos descubierto a las familias dónde están los restos de sus antepasados», cuenta. El capellán marcaba el número de cuerpos que llegaban. La media era de 15 fusilados al día. Los hombres que cabían en un camión.”

La retirada se ha hecho en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

4 comments

  1. César R. Docampo:

    Querido Alfonso Valencia:
    Santander es mucho Santander. No sólo, aunque también, lo que describe Pereda en «Peñas Arriba». La plaza porticada, escenario donde Ataulfo Argenta con su batuta de nácar dirigía en verano Parsifal, El crepúsculo de los dioses, sinfonías de Mendelssohn, de Liszt, etc., guarda memoria de muchas guerras. A pocos metros, hacia el palacio de la Magdalena, hay unos despeñaderos inmensos por donde arrojaban unos santanderinos a otros santanderinos durante la guerra. En el mismo cementerio de Santander fue fusilado un chaval, un niño, allá por los años cincuenta. Y yo recuerdo a una Ciudad que pedía la muerte del muchacho (porque había dado muerte a un guardia civil), y a las pocas horas se deshacía en lágrimas.

    Unos santanderinos fueron los que pusieron a Franco a caballo. Tú bien sabes que había un campillero que todos los veranos iba a verlo (Manolo el Soleta). Otros santanderinos acaban de derrocarlo, o mejor dicho guardarlo en otro lugar. Así somos los hombres, igual que las mujeres sin refajos ni faltriqueras, pues en todos hay un psique femenil, que unas veces ama y otra abandona. No tenemos remedio. De vez en cuando alzamos el busto para que nos vean el escote.

    Saludos.

    No sabes cuánto se agradece el sutil toque literario que enmascara una realidad tan dura: a las menores de cambio nos matamos vivos. Lo que no se dice si a Comillas, que tan bien conoces, ha llegado el ansia pueblerina de la iconoclasia. De una tacada parece que también han quitado un escudo de la 2ª República: estamos a punto de convertirnos en un pueblo sin historia, en una nación histérica, sin que sepamos hasta dónde van a llegar los botarates con el revisionismo. Ya veo también borrar a Viriato, el pastor lusitano, como decían aquellos libros que sí decían algo, si a algún cavernario indocumentado se le antoja…Ahora lo que mola es cargarse hasta el general Mola. Bueno, en Madrid si se lo han cargado y ya su calle luce como Príncipe de Vergara. La canalla indocumentada está a punto de dejarnos de golpe sin siglo XIX, que todo él, como sabes, estuvo de lleno de golpistas y de pronunciamientos militares.
    18 Diciembre 2008, 19:15

  2. Frnaco, o sus seguidores, no generaron el término «Generalísimo». Generalísimo lo fue Godoy, el Príncipe de la Paz, o San Martín, el libertador de América. Es un término concierta solera…

    Por cierto, hay un término que se llama «Ucronía», el «que hubiera pasado si…», así que no tengo la menor duda de que si la guerra la hubiera ganado el otro bando, también se hubieran puesto estatuas ecuestres pero de otro tipo, y no tengo la menor duda de que se hubieran producido otro tipo de masacres…
    ESTOY HARTO de la hipocresía de los políticos!Si los que ahora defenestran al régimen anterior hicieran un ejercicio de coherencia…santa coherencia…que asco de país!

  3. Bueno es saber el origen de tan superlativo nombre. En algunos paises recuerdo que el que daba los golpes-creo que en unas de las Guineas- era un sargento. ¿Se puede hablar de «sargentísimo»? En el caso de que fuese un capitán, donde comienza la auténtica escala de mando, «capitanísimo»?
    Creo que en el fondo de la cuestión estamos de acuerdo: no podemos estar pendientes del capricho de los gobernantes y querer cambiar la historia cada vez que nos convenga.
    Felices Navidades Blancas

  4. No se trata de cambiar la historia, al contrario, se trata de conocer la historia. Y de no reivindicar y exaltar, frente al ayuntamiento, a un dictador y asesino. En Alemania conocen bien su historia y por eso no tienen estatuas de Hitler ni calles dedicadas a Goering.
    La canalla indocumentada fue precisamente la que intentó quitarnos no sólo el XIX, sino también el XX, que eran liberales, masónicos, impíos y bolcheviques, para devolvernos a los cauces de la Tradición, el absolutismo y el imperio de la fe católica, en un popurrí puesto al día con el ejemplo de la Italia de Mussolini.
    No tiene ningún sentido quitar el escudo, no sólo porque es una vergüenza equiparar un régimen democrático como la II República con un dictador, sino porque en realidad lo que se está haciendo es quitar un escudo de España.

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