3 de Febrero, San Blas: Arrojan una pava desde el campanario de la iglesia


la pava de cazalillala pava de cazalilla

el gallo de guarrate

Una vez que San Blas, patrón de Cazalilla, después de su procesionado, es introducido en su templo, suena la banda de música, se hace un silencio expectante entre todos los asistentes y tiene lugar el acto más esperado del año: Un particular sin identificar -para evitar  la sanción gubernativa- con una pava bajo el brazo, sube al campanario de la parroquia Santa María de la Magdalena de Cazalilla (Jaén), desde donde arroja al vacío al asustado e irracional animal: son unos 35 metros de breve y veloz vuelo que suele acabar en un tejado próximo. A continuación los jóvenes pugnan por hacerse con el botín, que no acabará en banquete, sino que su ganador se compromete a cuidarla hasta que su muerte llegue de forma natural.

Dicen los vecinos de Cazalilla que la pava augura buena suerte a quien consigue atraparla, que también debe responsabilizarse de su cuidado hasta que el animal muera por causas naturales. Y todo es fruto de una tradición que se remonta a principios de siglo XIX cuando dos familias enfrentadas durante años sellaron la paz con la boda de sus hijos, un 3 de febrero, día de San Blas. Como muestra de alegría soltaron desde el campanario una pava. En vista de lo divertido del acto también lo repiten en Agosto.

El alcalde de Cazalilla, el socialista Juan Balbín, espectador privilegiado de la suelta desde el balcón del Ayuntamiento: «Como vecino estoy de acuerdo con la fiesta, aunque como alcalde tenga que acatar la ley» El número de asistentes varía cada año: el pasado asistieron unas 4000 personas llegadas gran parte  de los pueblos limítrofes.

Se suele hablar de la España negra o profunda, aquella que no parece estar en pleno siglo XXI, y que encuentra gran placer en estos divertimentos. Se supone que sólo el paso de los años y mucha educación podrán combatir estas prácticas bárbaras hacia los animales irracionales, aunque quizá se tenga que ser pesimista a la vista de que la guerra es algo consustancial en ese animal racional, porque así lo han decidido los filósofos y teólogos.

Y para que los habitantes de Cazalilla que no son partidarios del tormento de la pava no se vean agobiados por este comentario diremos que cuecen más habas de este tipo en más sitios de España y de lo que les muestro algunas:

– el toro de la Vega: Se celebra desde el siglo XV en  Tordesillas. Un toro es perseguido en la vega del río Duero por lanceros a caballo que tienen que matarlo. Hasta hace poco tiempo el que lograba derribar al animal tenía derecho a cortarle los testículos.
– El toro júbilo: En Medinaceli, una tradición del siglo XVI.: El toro es atado por los cuernos para inmovilizarlo y encajarle así en la cabeza unos artilugios metálicos con grandes bolas de material inflamable. Los defensores de esta fiesta dicen que al animal se le da una crema de barro para que no sufra quemaduras y que se ha eliminado la tradición de matar al toro tras el encierro nocturno que realiza con sus cuernos envueltos en llamas.
– Toros enmaromados o “ensogaos”: son sujetadas por la cabeza para atarles los cuernos. Luego son arrastrados por las calles.
– Toro de San Juan: Del siglo XVI, en Coria, Cáceres. El toro es soltado por el recinto amurallado de la ciudad y, como si fuese una diana, se le lanzan gruesos alfileres que se clavan en su piel. Después se le dispara un tiro.
– La cabra desde el campanario :
Desde el año 2000, el pueblo de Manganeses de la Polvorosa (Zamora) ya no arroja una cabra viva desde el campanario de su iglesia, ahora lanzan una de cartón piedra.
– Los gallos de Guarrate: Los quintos del pueblo, en Zamora, pasaban a ser hombres montados a caballo y blandiendo una espada. Con ella tenían que descuartizar los gallos colgados en la plaza.
-Y la pava de Cazalilla que es la protagonista del post.

2 comments

  1. Hasta cuando vamos que tener que soportar estos aberrantes y crueles festejos, martirizando a los animales y que tanto divierten al hombre hispano.Esto es vergonzoso, solo demuestra que todavía está ahí la España negra y profunda. Y es más, las autoridades son complacientes de ello. A veces siento vergüenza de ser español. Así tenemos ese mal cartel que nos definen en la Europa central.

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